La televisión no tiene secretos para él. Con casi 40 años de trabajo a sus espaldas, Goyo Quintana es uno de los gurús de la producción audiovisual y, de un tiempo a esta parte, el rey Midas de la ficción nacional. Es el director general de las series de Boomerang, una productora que no sólo se ha hecho fuerte en España con títulos como El tiempo entre costuras o El secreto de Puente Viejo sino que empieza a despuntar en el extranjero con adaptaciones de sus series en cadenas americanas y europeas.

- El secreto de Puente Viejo triunfa en Italia, Los Misterios de Laura se estrena con éxito en la NBC americana y El tiempo entre costuras arrasa en los Iris... Parece que todo lo que toca Boomerang de un tiempo a esta parte tiene el éxito asegurado.

-Decir eso es decir mucho. Yo diría más bien que estamos atravesando una buena racha. En esta profesión nunca hay una llave del éxito. Creo que es más bien el fruto de una inversión que comenzamos hace 15 años; fruto de un equipo sólido y bien consolidado. No obstante, soy muy consciente de que la línea que separa el éxito del fracaso es muy fina y no depende solo de tu producto, sino de quien tengas enfrente, del horario y el día de emisión... Son muchos factores los que hay que tener en cuenta, por eso lo que interesa es hacer un producto diferenciado del resto y en eso es en lo que trabaja Boomerang.

-Tener tantos productos fuertes en la parrilla ¿Le hace pensar con más tranquilidad en nuevos proyectos?

-En cierto modo sí. Aunque lo que ve el espectador ahora en la pantalla son trabajos en los que llevamos trabajando dos años. El tiempo entre costuras, por ejemplo, se emitió un año y medio después de haber terminado el rodaje y El secreto de Puente Viejo se va trabajando con 100 capítulos de ventaja sobre lo que se está emitiendo.

-A pesar del varapalo de la crisis y el poco apoyo institucional, el sector ha sabido jugar sus cartas y hacerse con un hueco importante en el prime time español. Ahora que la publicidad parece que puede empezar a despuntar ¿Se prevén mejores tiempos y, por tanto, mayores inversiones en series?

-La crisis no se ha ido del todo. Parece que se quiere ir o, más bien, somos nosotros los que tenemos anhelo y necesidad de que se vaya. Pero la cosa va para largo. Ha tocado mucho fondo y va a costar bastante que nos deje levantar cabeza. Nosotros también hemos notado la crisis y, aunque hemos tenido más suerte que otros, también hemos tenido que apretarnos el cinturón. Esta industria necesita una revisión y, por supuesto, más ayuda. Cuando empecé a trabajar, en Estudio 1, las series que triunfaban venían de América; luego hemos logrado que nuestros productos compitan con los americanos e incluso les ganen. Ahora las series españolas han pasado a dominar las parrillas e incluso venden el formato fuera de nuestras fronteras.

-¿Cree que la producción española puede empezar a hablar de tú a tú a las series americanas o, por el contrario, está empezando a despegar?

- Los americanos aún nos llevan mucha ventaja porque tienen un tejido muy consolidado y un capital económico muy fuerte detrás. Aún así he de decir que nuestra gente joven ha demostrado que en talento e ingenio pocos nos igualan. A su favor diré que en el Siglo de Oro apenas tenían medios y triunfamos allende los mares... Todavía no podemos hablar de tú a tú a la industria americana porque nos saca mucha ventaja en venta y distribución; además, hacen paquetes cerrados y crean series que gustan en todo el mundo. Nos falta capital como industria, pero estamos por el buen camino. Además, los festivales internacionales nos dan muchas posibilidades y ahora con tanta televisión hay mucha demanda de productos, por tanto eso nos hace abrirnos fuera.

-¿Cómo se digiere el éxito internacional de productos tan nuestros como El secreto de Puente Viejo?

-Es el fondo la historia es universal. ¿Quién no entiende la historia de Romeo y Julieta? Pues en El secreto pasa lo mismo. Da igual que la historia pase en Asturias o en Ucrania. Lo que evoluciona es la forma en que se cuenta. Cambian los tiempos y las formas, pero las historias universales son las que triunfan. Aún así diré que no me esperaba el éxito de esta serie, pero tampoco me extraña.

- Con una trayectoria profesional de casi 40 años ¿Cómo se ve la evolución de la ficción española?

-Te contestaré desde dos puntos de vista. Desde el profesional, te diré que es una evolución positiva. Desde el blanco y negro hasta ahora, la evolución ha sido maravillosa. Las televisiones y su lenguaje dependen de la técnica. Ahora hay decorados que no se podrían construir si no es en 3D. Las posibilidades son tremendas y la evolución del talento llega de la mano de lo tecnológico. Antes había muy poca gente trabajando en esta industria y ahora, pese a la crisis, es un mundo al que se abren muchas ventanas, sobre todo a través de Internet y de la proliferación de pequeñas cadenas, lo que permite crecer y desarrollarse. En lo personal, la cosa cambia. Llevo 38 años dedicado a esto y me he tenido que ir reciclando constantemente. Ahora tengo ganas de dejar el relevo a las nuevas generaciones y dedicarme sólo a aportar la experiencia y el sentido común a los proyectos. Deben ser las nuevas generaciones las que enganchen a la gente. Es ley de vida.

-¿Qué ha supuesto para Boomerang añadir a su catálogo una serie de tanto éxito como El tiempo entre costuras?

-Con El tiempo entre costuras hemos demostrado que, con un pequeño esfuerzo por parte de las cadenas y de las productoras, se pueden hacer productos de calidad para el gran público. Hemos demostrado que la calidad no está reñida con la audiencia y que cuando cuidas lo que haces y eres exigente con tu trabajo, la audiencia responde. Debemos aspirar a hacer una televisión buena y de gran consumo; casar los intereses de la audiencia con los de la industria. Ese es el camino. El tiempo entre costuras ha supuesto un antes y un después a la series de ficción de nuestro país.

-Con tantos premios acumulados ¿Le gustaría que María Dueñas nos regalase pronto la segunda parte de la novela?

-Estaría encantado y creo que María también. Pero entiendo que ella necesitaba descansar. Llevaba cinco años con esta historia desde que empezó a escribirla y necesitaba oxigenarse. Estoy casi convencido de que se replanteará la segunda parte de El tiempo entre costuras cuando termine su tercera novela.

-¿Hay que esperar mucho hasta tener en sus manos un proyecto como el de María Dueñas?

-No tanto. Hay muchas novelas que ofrecen esa oportunidad. Sin ir más lejos la serie que prepara Telecinco con una adaptación de la obra de Julia Navarro. Además, los relatos clásicos son fantásticos y creo que en este sentido hay un mundo que puede empezar a aflorar.

-¿Puede adelantarnos algo de los nuevos proyectos que prepara Boomerang?

-Estamos con El incidente para antena 3, una serie de la que se puede hablar poco. Es una historia que cuenta qué pasa en la vida real cuando irrumpe lo extraordinario.

- ¿Una historia sobrenatural?

-Más que sobrenatural, fantástica.

-Por último, háblenos de los proyectos de entretenimiento de Boomerang que están por llegar a la parrilla, La Voz o Top Chef...

-Aunque no son directamente mi competencia, te puedo decir que estamos muy orgullosos de ambos. Es cierto que el formato ha perdido algo de audiencia de una temporada a otra, pero el granero de espectadores era tan amplio que esta pérdida era esperada.

-Pero quizá en entretenimiento seguimos todavía pendientes de un gran formato nacional que revolucione los audímetros. Nos conformamos con exportar marcas de éxito...

-Es cierto que hay una dependencia tremenda en comprar formatos que ya han triunfado fuera, pero el talento para entretenimiento que tienen las productoras también es significativo. Debemos empezar a confiar más en nuestros productos.