Tras las huellas del pionero Supernanny, Hermano mayor ya lleva siete temporadas en Cuatro. El ex campeón de waterpolo Pedro García Aguado sigue bregando cada viernes por la noche con complicados casos adolescentes. Va a tener trabajo e historias diferentes por mucho tiempo, mientras la audiencia no diga lo contrario.

-En su reciente entrevista con Risto Mejide se produjo un clima especial para que usted comentara tantas cosas sobre su pasado con el alcohol y las drogas durante su carrera deportiva...

-Esos momentos son una terapia. Fue un pasado que produjo mucho dolor en los demás además de ser una destrucción para mí. Es un freno recordarlo, aunque siempre es difícil contarlo en público.

-¿Cómo consiguió Risto que usted abriera las puertas del todo?

-Fue una charla de dos horas y media. Hablar de mi infancia, de mis padres, de una serie de acontecimientos que no había revivido. Y hacerlo en Madrid, en una piscina, me estimuló los recuerdos. Esa atmósfera me llevó a sincerarme.

-¿Su propia experiencia la traslada cuando habla con los jóvenes?

-A algunos chavales hay que romperlos emocionalmente para que se conozcan. No suelen ser tan duros como parecen. Es bueno que ellos se expresen sin miedo, a que se sientan vulnerables. Llorar te hace más fuerte. Siempre digo que mostrar tus sentimientos no te hace más débil porque es el cobarde el que intenta eludir lo que siente.

-¿La estructura del programa se puede mantener tras siete temporadas?

-La estructura es la misma: encontrar el conflicto, desmontar las creencias y ayudar a convivir, asumiendo defectos y buscar cómo mitigarlos.

-Desde que comenzó con Hermano mayor en 2009 ¿qué tendencia ha aumentado en los problemas de los jóvenes?

-Han aumentado los casos de las obsesiones con las nuevas teconologías, los juegos por ordenador, chicos que practican situaciones de riesgo. Son jóvenes que utilizan las circunstancias para su mal comportamiento. Son chicos que han sufrido bullying y lo proyectan contra los padres... En un reciente congreso surgieron datos muy preocupantes: en 400.000 familias españolas hay problemas graves con los hijos adolescentes y el 10% de los que sufren malos tratos no son capaces de denunciarlos.

-¿Por qué un hijo es capaz de maltratar a sus padres?

-Por una excesiva permisividad. Hay una nula capacidad de controlar las frustraciones y estalla la violencia. A los afectados les recomiendo mirar en mi página web aprenderaeducar.org.

-¿Cómo se puede evitar que se llegue a la violencia en un hogar? ¿Cómo se ha de tratar a un adolescente problemático?

-Es necesario que los hijos entiendan que hay unas normas, unos límietes, y que hay consecuencias si se traspasan. Los hijos se comportan lo mejor que saben de lo que se les ha transmitido. Mi consejo a los padres es que no se rindan. Que sean firmes para tener el objetivo de que sus hijos sean unos adultos autónomos y felices.

-¿Diría que hay chicos 'tremendamente malos', rebeldes extremos sin causa?

-Hay chavales que les cuesta más aceptar las normas, negativistas. El buen fondo lo tienen todos y hay que establecer estrategias.