Luján Argüelles. Presentadora de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'

"Me gusta hacerme muy amiga de los participantes; así consigo que se abran"

  • La celestina de la televisión vuelve con la cuarta entrega de un 'dating show' que sigue enamorando.

La celestina ha regresado. Luján Argüelles acaba de volver a Cuatro con la cuarta edición de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, uno de los programas para buscar el amor con más audiencia de la pantalla. Con amplia experiencia ya como carabina y tras confirmar en su recién estrenado blog que dentro de unos años ("quizás en la 25 edición" dice con humor) ella misma podría participar en este reality, pues está esperando su primer hijo, Luján vive un momento muy dulce tanto en el plano personal como en el profesional.

-¿Cómo lleva hacer tantos años de celestina?, ¿no le apetece cambiar de registro?

-Pues sí que es cierto que llevo ya muchos años en este tipo de formatos, entre ¿Quién quiere casarse con mi hijo?,Un príncipe para Laura y demás... Pero la verdad es que me divierto mucho en el papel de celestina. De momento no lo cambiaría por nada. No es un paseo por el parque, eso sí, porque este tipo de programas requieren mucho trabajo y tratas con muchísima gente diferente, se trata de llevarte bien con todos. Además, a mí personalmente, me gusta hacerme amiga de los participantes. Es la única manera de darles confianza y así luego consigo que se abran ante las cámaras y lo den todo.

-Dicen que esta temporada es la más tróspida de todas (término acuñado por el programa para referirse a los candidatos que se presentan para buscar el amor, que suelen tener un punto friki casi siempre). ¿Está de acuerdo?

-Sí, desde luego. Mis compañeros han realizado un trabajo previo de cásting excelente. Yo no intervengo en él pero cuando conocí a los tróspidos de este año supe que iba a ser una edición con mucho juego. Desde la madre vidente hasta el chico friki de las series, pasando por el millonario empresario de Marbella. No va a tener desperdicio (risas).

-Entonces es verdad que usted se implica mucho.

-Más que implicarme, me obsesiono con todos ellos. Todos llegan hechos un flan de nervios y muy modosos. Pero, desde el primer momento, yo me empeño en hacerles ver que estoy para ayudarles. El objetivo es, sobre todo, que se encuentren a gusto y que sean ellos mismos.

-¿Qué les diría a quienes piensan que es todo un montaje, que todas las historias siguen un guión previamente escrito?

-Muchas veces la realidad supera a la ficción; por eso entiendo que alguna gente piense así. Pero en absoluto hay guiones. Lo único que pedimos a nuestros tróspidos es que sean honestos y vivan todo lo que les ocurra con intensidad. Si todo fuera un papel, se vería a la legua, es casi imposible fingir según qué tipo de cosas.

-Compite en su franja con ficción, con otro reality, con un programa de reportajes. ¿Le gustaría más que el programa fuera otro día?

-Da igual. Al fin y al cabo yo soy de las que pienso que hay sitio para todos. Si hay mucha más oferta, mejor; así hay formatos para todos los gustos. La audiencia, de todas formas, es impredecible. Lo importante es ofrecer algo de calidad.

-Sí es verdad que desde la primera temporada se han hecho con un público fiel. ¿Puede desvelarnos el secreto?

-Al final el programa incluye historias que tienen continuidad. Si te enganchas un día, ya es difícil quedarte sin saber qué pasará. Y si el formato te gusta, lo mismo. Los realities tienen esto.

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