Michelle Jenner

"Me encantaría poder trabajar más veces con mi padre"

  • La intérprete, galardonada recientemente con el Premio de la Unión de Actores, pone voz a Beatriz, un pájaro azul, en la nueva serie de animación de Cartoon Network que ya emite Boing

A Michelle Jenner el arte le viene de familia. Su madre, Martine Husson, fue actriz y bailarina de music hall, y su padre es el actor Miguel Ángel Jenner, conocido por su labor en el mundo del doblaje y en la interpretación como secundario. También tuvo su época de popularidad a mediados de los 80 al presentar el concurso infantil Los sabios en sustitución de Andrés Caparrós. Jenner condujo el espacio desde su segunda temporada hasta su final con un atuendo de profesor universitario, con toga, bonete rojos y enorme bigote. Sus dos hijos, David y Michelle, han elegido su misma profesión, aunque ella despuntó ya en 2005, al poco de acabar el Bachillerato, interpretando a Sara Miranda en la serie Los hombres de Paco. Como protagonista de Isabel, su consagración ha sido definitiva. Aunque la fama no le ha impedido seguir trabajando también como dobladora. Su último trabajo en este campo ha sido poner la voz a Beatriz, un pájaro azul en Más allá del jardín, la miniserie de Cartoon Network que se estrenó en Boing el pasado mes de marzo.

-¿Cómo es Beatriz, el personaje al que presta su voz en Más allá del jardín?

-Es un pájaro gruñón pero de buen corazón. Ayudará a Wirt y Greg, los dos pájaros hermanos protagonistas, a volver a casa.

-¿De qué va esta miniserie?

-Pues cuenta las peripecias de dos hermanos, Wirt y Greg, que se han perdido en Lo Desconocido, un extraño bosque a la deriva en el tiempo. En su aventura para volver a casa contarán con la ayuda de Beatriz y de un sombrío leñador que vaga en busca de madera para mantener su farol encendido, en el que cree que se esconde el espíritu de su hija. Pero también se cruzarán con siniestras criaturas, como La Bestia, que busca almas perdidas. En los diez episodios que componen la serie, Wirt y Greg vivirán situaciones peligrosas y a veces surrealistas, siempre rodeadas de un halo de fantasía y envueltas en una música especialmente bonita con una banda sonora compuesta de country, jazz, bluegrass (música tradicional de Irlanda, Escocia e Inglaterra que los inmigrantes llevaron a América) e incluso ópera.

-Usted empezó a los seis años en el mundo del doblaje. Imagino que gracias a la influencia de su padre.

-Bueno, de mi padre y de mi madre. Ella también es actriz. Imagino que es algo que llevo en la sangre, el mundo de la interpretación y eso. Siempre que puedo me gusta compaginar mis trabajos en televisión y cine con el doblaje,

-Desde luego que lo lleva en la sangre. Alos dos años ya salió en un anuncio de flotadores, ¿no es así?

-Síiii (risas). Pero es que yo siempre he tenido clarísimo que quería dedicarme a esto. Desde pequeñita era ver una cámara y ponerme a bailar, a actuar. Me encantaba disfrazarme y representar obras de teatro, ja, ja, ja.

-¿Qué le dicen sus padres de este mundo?, ¿le aconsejan sobre qué trabajos elegir?

-Ellos siempre se han fiado de mi criterio. Sí me han inculcado que esto no es un juego, es un trabajo. Pero lo que quieren en el fondo es que yo sea feliz con lo que hago.

-En Isabel su padre participó interpretando a Sancho Jiménez de Solís, personaje que salía en algunos capítulos. ¿Le gustó trabajar con él?

-No era la primera vez que lo hacía. En trabajos de doblaje hemos coincidido algunas veces. Aunque la verdad es que me encantaría poder trabajar en más ocasiones con él.

-En 1985 él presentó el concurso para niños Los sabios que tuvo mucho éxito. ¿Le da consejos sobre cómo afrontar la fama?

-Ni mi padre ni mi madre han vivido esta profesión como yo porque tenemos distintas carreras. Pero, bueno, el tema de la fama es... complicado. Tú sigues siendo la misma, aunque la gente te empiece a ver de otra manera. Aunque es bonito que te digan que les gusta tu trabajo.

-Usted que tanto ama el mundo del doblaje, ¿qué le diría a quienes defienden que el cine ha de verse en versión original, en todo caso subtitulada?

-Bueno, tiene que haber de todo. Entiendo que haya gente que prefiera la versión original con subtítulos, pero otros muchos espectadores no entienden el idioma y prefieren el doblaje para meterse más en la historia. Tienen que existir opciones para todos los gustos.

-Ha doblado personajes en Tadeo Jones, a Hermione en Harry Potter, al niño Giosué en La vida es bella... a muchos. ¿Tiene especial cariño a alguno?

-La verdad es que el niño de La vida es bella es mi debilidad porque es una película maravillosa. Pero de todos guardo un recuerdo muy especial.

-Acaba de presentar el corto Para Sara, que es un homenaje al doblaje.

-Sí, estoy muy ilusionada con él. El doblaje es una rama de la interpretación. En ella, claro está, trabajas con la voz, hay que imprimirle un carácter concreto a la vez y transmitir con ella sensaciones . Este corto, dirigido a invidentes, me encanta. Ha sido muy emocionante trabajar en él.

-Sara Miranda, la hija de Paco en Los hombres de Paco, fue el personaje que le dio fama. ¿Le parece su mejor papel, o sólo con el que tuvo más suerte?

-Desde luego tuve suerte con aquel personaje (risas). Yo acababa de empezar en el mundo de la interpretación y la serie se convirtió en un fenómeno, sobre todo entre la gente joven. Fueron cuatro años de trabajo, y hoy lo recuerdo como la mejor escuela que pude tener. Era una serie que tenía de todo un poco: drama, comedia, música.., toqué todos los palos de una vez. Además, trabajé con actores grandísimos como Adriana Ozores, Juan Diego... qué más se puede pedir. Quizás no ha sido mi mejor papel, pero le estoy muy agradecida.

-Isabel ha sido su consagración, ¿no? El personaje que necesitaba para ser tomada en serio como actriz...

-No creo que antes no me tomaran en serio, simplemente estaba empezando. En el caso de Isabel ha sido también una etapa muy importante en mi vida también, tres años de duro trabajo que han tenido su recompensa. Un personaje histórico con muchos matices que, desde luego, me ha permitido crecer como actriz, pero ¿mi consagración? No sé, creo que aún me quedan unos cuantos años para ¡consagrarme! (risas).

-Dicen que cuando acabó la última toma soltó alguna lagrimilla.

-¿Lagrimilla? Lloré lo más grande (risas). Abrí el grifo y ya no había quién lo cerrara. Hay que tener en cuenta que tenía mucho cariño a este personaje y que, después de un trabajo tan intenso y duro, el equipo acaba convirtiéndose casi en tu familia. Vamos, algunas veces pasamos más tiempo con ellos en plató que con nuestra familia de verdad, ja, ja, ja.Despedirme de Isabel fue duro, pero hay que cerrar una puerta para abrir otra a cosas buenas que aún quedan por venir.

-Recientemente recibió el Premio de la Unión de Actores pero también tiene un Ondas, un Fotogramas de Plata, dos premios ACE... Le llueven los galardones. Imagino que muy orgullosa de ello.

-Orgullosísima. Siempre gusta que la gente reconozca tu trabajo, más todavía cuando los que te premian son tus propios compañeros, por eso el último Premio de la Unión de Actores ha sido para mí tan especial. Bueno, los premios están ahí, sirven para darte un incentivo, para animarte a seguir. Pero este subidón puede acabar en cualquier momento. Hay que ser consciente de que hay que seguir trabajando.

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