TV-Comunicación

Impulso a precios ajustados

  • La compra de Canal + hace cambiar las reglas del juego en la televisión de pago, controlada por las empresas de telecomunicación.

El deporte de primer orden: el fútbol de Primera División e internacional, la Fórmula 1 y el Mundial de motociclismo serán los ejes sobre los que se siga desarrollando la televisión de pago en años venideros, pero con reglas distintas a raíz de la compra de Canal + por Telefónica, que ha de atenerse a nuevas condiciones de los llamados "contenidos premium" para no incurrir en monopolio del sector. Movistar TV tendrá que ceder parte de la explotación de esos contenidos para que Telefónica también tenga el control de la plataforma por satélite, el gigante de la televisión de pago, por el que pagó 750 millones para comprar la totalidad del que fue buque insignia de Prisa.

Una explotación de contenidos que se ha ido fortaleciendo con precios económicos para atraer a los espectadores, en paquetes junto al servicio de telefonía e internet. Una política de precios bajos (que han subido en estos meses) que ha llevado a Movistar a ponerse por delante en el mercado, abriendo nueva clientela en los contenidos de pago. Tras "atraer", ahora toca "permanecer": brindar contenidos que conviertan a los clientes en fieles, más allá del móvil y de internet. El catálogo de series, con estrenos totalmente pegados a Estados Unidos o el Reino Unido, forman la pata principal de los contenidos junto al deporte. Vodafone, que adquirió Ono, también se abre camino por la prioridad del contenido, en calidad y cantidad, para mantener a la clientela.

La compra del 56% que restaba a Telefónica para ser la propietaria exclusiva de Canal + obliga a compartir los contenidos deportivos y también los de ficción. El organismo de Competencia ha fijado como "premium" a los principales canales de pago y a las series y películas de las principales productoras norteamericanas como Paramount, Fox, Sony o Warner. La competencia de Telefónica, Vodafone y Orange, encuentra así una vía de expansión aunque sólo podrán aspirar, como máximo, a la mitad de lo que ofrece en estos momentos un dúo tan gigantesco en el sector como Movistar TV y Canal +. Ambas plataformas reunirían en estos momentos el 70% de los clientes de la televisión de pago en España y el 85% de los ingresos de cuotas. En internet se abre un nuevo mundo a la televisión de pago con la llegada a España de nuevos operadores como Netflix y el nuevo papel que pueden jugar comercializadoras de derechos como Mediapro, con el futuro de Gol Televisión en el aire y un canal de fútbol compartido con Al Jazeera.

El impulso de Movistar TV ha permitido que la penetración de la televisión de pago en España vuelva a estar sobre el 25% de los hogares, tras el 21,9% anotado en marzo, aunque es una cifra muy lejana al 80% de los clientes en Portugal o el 60% de Francia. La televisión de pago en España, con la entrada firme de las empresas de telecomunicación, con servicios y precios, vuelve a convertirse en un negocio de futuro. Una televisión, además, que no sólo se sintoniza por el televisor (con internet ya integrado en la pantalla principal de casa), sino por otras pantallas individuales que empiezan a ganar protagonismo: las tablets y el móvil, que de todas formas, nunca serán una alternativa de amenaza a las cada vez mayores pantallas que presiden los hogares.

En este panorama la piratería, a través de internet (pasaron a la historia aquellas tarjetas que engañaban a los decodificadores), todavía supone un grave contratiempo en la explotación de las plataformas. En 2014 se registraron 139 millones de partidos pirateados y un volumen de 1.700 millones de euros, entre deporte y ficción, que se traduce en un 53% de lo que factura la industria del entretenimiento.

La televisión de pago vive su mejor momento de los últimos quince años y la compra de Canal + viene a alterar las condiciones del panorama. Un proceso empresarial que se vino gestando desde el año 2009, cuando Telefónica ofrecía Imagenio. Adquirió a Prisa el 21 % de la plataforma por satélite por 470 millones, tras haber vendido anteriormente su participación de Sogecable, rescoldos de lo que había sido el gran fiasco en España de la operadora de telefonía, Vía Digital. El 18 de junio de 2014 Telefónica presentó la oferta vinculante para adquirir por 295 millones de euros el 22 % de Canal+ a Mediaset, paquete comprado en su momento por la fusión de Cuatro con Telecinco. Mediaset recibirá 10 millones más con el actual visto bueno de Competencia a esos 750 millones de euros de la compra a Prisa. El presidente de Telefónica, César Alierta, ya argumentó en su momento que el liderazgo de la televisión de pago en España pasaba por Canal + y ello supondrá también el primer puesto en la televisión de pago en Latinoamérica, con un potencial de 600 millones de habitantes. "En el mundo van a quedar cuatro o cinco plataformas de pago. Hoy son todas en inglés, tres americanas y una británica, pero hay un mercado potencial de contenidos en español", es la apuesta de Alierta a partir de estos momentos.

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