Esther Eiros. De 'Gente Viajera'

"Nací en el Norte, pero soy una enamorada del sur de España"

  • La directora y presentadora del programa de viajes más longevo de las ondas, con un cuarto de siglo de andadura, celebra que cada vez se viaje más y mejor.

Es la voz más acreditada en temas de turismo. La aventurera profesional de Esther Eiros se inició en los 60 en Radio Miramar. Esta lucense afincada en Barcelona colaboró con Radio Nacional y en 1975 decidió marcharse a París como freelance. Desde sus comienzos, la radio, los viajes y el relato distendido y ameno de sus experiencias viajeras han marcado su actividad. Viajar y contarlo son dos de las cosas que mejor sabe hacer esta gallega sin fronteras. Y así lo hace en Gente viajera, un programa de Onda Cero que cumple 25 años en antena. Eiros participó también en el lanzamiento de Radio Minuto y dirigió en Radio Nacional de España Luces del paralelo. Luego, en Radiocadena Española, tuvo la oportunidad de hacer su primera incursión viajera con De aquí para allá, génesis de lo que sería unos años después el actual espacio. De aquí para allá, porque no para , estrenó en 1990 Gente viajera en RNE y, con el programa en la maleta, viajó tres años después a Onda Cero. En esta travesía no han faltado los reconocimientos a su trabajo, como dos Antenas de Oro, dos Micrófonos de Oro (2004 y 2006) o la Medalla al Mérito Turístico.

-¿Cuál es el secreto para hacer un programa de radio que dura ya un cuarto de siglo?

-¿Secreto? No creo que haya ninguno. Si hay alguno, como todo en la vida, es hacer algo que nos guste. También está el apoyo de la emisora, Onda Cero, durante todos estos años a la información turística. Y el resto lo pone el equipo maravilloso que me rodea y, por supuesto, los oyentes. Cuando empezamos desde luego que no pensábamos durar tanto. Podríamos decir que hemos ido resistiendo.

-¿Ha sacrificado mucho por estar con la maleta en la puerta?

-Bueno, viajar forma parte de mi vida. Dicen que los viajeros tenemos dos vidas: la personal propia y la de los viajes. Yo soy culpable de obedecer la llamada de la segunda (risas). Siempre te dejas algo en el camino cuando apuestas fuerte por una pasión; no se puede tener todo en la vida. Además, cuando comencé era una mujer rara, una mujer que dedicaba mucho tiempo a su profesión, ¡ya ve! (risas). Gracias a Dios la familia lo ha sabido comprender.

-¿Diferencia los viajes de trabajo a los de placer?

-Por supuesto; no son lo mismo los viajes de ocio a los que haces por obligación. Cuando voy a algún sitio con el programa, sobre todo a Andalucía, llego, hago mi labor y la mayoría de veces no me da tiempo a perderme paseando como a mí me gusta.

-Nació en Galicia y vive en Cataluña. ¿Qué le atrae del sur?

-Yo siempre digo que nací en Galicia, pero que soy una enamorada de nuestro sur, de Andalucía. No sé... mi padre, gallego de pura cepa de El Ferrol, de niña me encantaba canciones de esta tierra y decía que quería venirse a vivir aquí, quizás sea por eso, me viene en la genética. Antes de colgar el micrófono, yo tengo que vivir un año en Andalucía. ¿Por qué este deseo? Lo desconozco... quizás sea la gente, la climatología, la calidez, la proximidad. En las grandes ciudades vamos demasiado deprisa, no nos detenemos a disfrutar de la vida tanto. Es una forma diferente de entender la vida.

-¿Qué destino del mundo aconseja no perderse a un viajero que se precie de serlo?

-Es complicado. A veces idealizamos lo lejano, cuando ni siquiera conocemos bien lo que tenemos más cerca. España está plagada de rincones de ensueño. Los pueblos blancos de Cádiz, Sevilla... en fin, no es justo mencionar a algunos y dejar otros fuera. Es cierto que más allá del Atlántico tienes la sensación de perderte, de quedarte allí, nos unen tantas cosas a ellos... Y afortunadamente no todo lo que hicimos los españoles allí fue malo. ¿Algo que me emocionara especialmente? El descubrimiento del Amazonas me llegó al alma, ver los delfines en libertad que se estresan cuando les tocan las personas, es mágico. Cosas atípicas y maravillosas que pasan a veces.

-¿No le apetece, después de 25 años viajando, parar un poco?

-La pasión de viajar no desaparece con la edad. Por avanzar en años no podemos perder las ilusiones. Leí en un periódico alguien que decía que viajar era la enfermedad del siglo XXI. Más que enfermedad, es necesidad. Con el ritmo de vida que llevamos, ahora necesitamos viajar más que nunca; pasear, visitar, conocer, en fin, desconectar.

-Cuando usted empezó en esto coger un avión era un lujo, ahora algo habitual. ¿Cree que los españoles sabemos viajar?

-Cuando empecé coleccionaba los billetes de avión; hoy mismo un compañero ha ido a Roma a ver a sus padres y volver en el día. Ahora estamos más preparados, porque hemos visto más cosas claro.

-Pero desde que hay crisis también se viaja menos...

-No crea, se viaja más cerca y menos días, pero hay una cultura de viajar muy arraigada ya.

-¿Cree que Andalucía debería venderse mejor para atraer más turismo?

-Tantos extranjeros tienen que haberse enterado en alguna parte (risas). Ya no es tanto la Comunidad del sol y campos de golf, también hay más tipos de deporte, ofertas culturales... esto debe tener un trabajo de promoción de fondo. No todo viene regalado. Tenemos un país, España, que no nos lo merecemos. Con Andalucía pasa lo mismo; ni los andaluces se creen que tenga tanto potencial.

-¿El turismo crecerá en los próximos años?

-Sí, conforme crece el país. El turismo ayuda a crear empleo y rompe la estacionalidad. Es el futuro de España. Cuando yo empecé en esto mi jefe me dijo: "¿Un programas de viajes? Si eso sólo lo hacen unos pocos, los que tienen dinero". Hoy en día es otra forma más de ocio, no es un lujo, es una necesidad para formarse como personas y abrir la mente.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios