Llega con un año y medio de retraso a su estreno estadounidense, cualquier devorador de series que se precie ya la habrá visto, y aunque no esté llamada a las mayorías del audímetro, siempre es recomendable asomarse a True detective en su primer pase en abierto en España. Llega por fin a las once y media de la noche a La Sexta, tras la coproducción de Atresmedia con la BBC, Refugiados. Puede parecer un postre noctámbulo, unos teloneros para el sueño, pero el pulso de los policías Hart y Cohle, entre Woody Harrelson y Matthew McConaughey, entre pasado y presente, merece una desafío contra las ganas de irse a la cama. Compartirla en el momento y de paso con comentarios en las redes sociales puede ser una experiencia para estrenarse en True detective o, para los que ya la han visto, contemplar de una manera diferente el crimen en los tuétanos de Luisiana, con sus sectas satánicas y los prejuicios sociales, marcados a fuego por el guionista, Nic Pizzolatto (The Killing), a la sazón uno de los productores ejecutivos de esta serie de la HBO que aguarda una segunda temporada con otros protagonistas, con otro contexto.

True detective son sólo ocho episodios, que en este pase por La Sexta nos enlazarán a un verano que se convertirá en maridaje al punto final de la historia. Un consejo: aguante los dos episodios primeros. Sí, este jueves y el otro, merecerá la pena. Y aguardar los días, aunque la serie se puede contemplar de una tacada. Es evidente que es una película que dura siete horas largas, en una investigación que se prolonga en la ficción durante 17 años. Programada tan a destiempo también será una oportunidad para degustarla de manera diferente.

Cary Fukunaga, un nombre descubierto del Festival de Sundance, y que luce el único Emmy que pudo cosechar este venerado drama policíaco, fue el director de los ocho episodios (los directores suelen repartirse los capítulos y eso suele notarse) y su pericia y la de los productores sobresalen en aspectos como los títulos de crédito o el plano secuencia de varios minutos del cuarto episodio: momentos gourmet que a fuerza de ser divulgados en los foros seriéfilos hay que disfrutarlos ahora para los que no la han visto.

True detective es la interpretación y caracterizaciones de sus dos protagonistas (aún más con el empaque sobrado de Rust Cohle-McConaughey), pero también es la selección musical de su banda sonora, temas sureños de The Staple Singers, Grinderman y, por supuesto ya que se convierte en imprescindible, Bob Dylan; y la fotografía; el ritmo narrativo; la complicidad con el espectador atento, porque hay que estar atento (no hay que confundir, que esto no es el debate de Supervivientes). A deshoras, tarde en el día y en el calendario, la historia de la serie que programa La Sexta cuenta con parecidos razonables con nuestra conocida La isla mínima, otra excusa para aquellos que sí han visto la película, pero no esta serie de la HBO.