Casi seis millones de espectadores estuvieron el sábado pendientes de la gala final de Eurovisión que ofreció Televisión Española hasta pasada la una de la mañana. Con 5.958.000 espectadores y una cuota de pantalla del 39,3%, la emisión fue la más vista de los últimos años, sólo superada por la de 2012, cuando la actuación de Pastora Soler consiguió poner ante el televisor a más de 6.542.000 españoles, con un share del 49,3%. Casualmente en aquella gala, como ha sucedido en esta ocasión, también obtuvo la victoria el representante de Suecia.

Como es habitual en este tipo de retransmisiones, la audiencia se disparó durante las votaciones. En este caso, llegó a superar los siete millones de espectadores, alcanzando una cuota del 48,2%.El minuto de oro de la retransmisión se produjo al final de la actuación de Edurne, a las 22.48 horas, con 8.275.000 espectadores y un 47% de share.

La cifra de este año supone un incremento notable respecto a la edición de 2014, en la que España estuvo representada por Ruth Lorenzo, cuando fueron 5.1 millones de espectadores los que sintonizaron la gala, con una cuota de pantalla del 35,2% (4,1 puntos menos que este año).

A pesar de que la actuación de Edurne ha sido la más vista de los últimos años no es comparable a los datos que registró la concursante de OT Rosa López en 2002, cuando fueron más de 12 millones de personas las que estuvieron pendientes de la gala (con una cuota de pantalla del 80,4%). También la triunfita Beth arrasó un año más tarde con su actuación, que alcanzó más de 8,7 millones de espectadores y un share del 58,4%. Mención aparte merece la actuación de Rodolfo Chikilicuatre en 2008, una gala que fue seguida por más de 9,3 millones de espectadores y alcanzó una cuota de pantalla del 59,3%.