Adrián Lastra cuenta con más de una década de trayectoria profesional dentro de sus 32 años de vida. Desde que comenzó su carrera en 2003 todo ha ido rodado, pero como ha afirmado en más de una ocasión, nadie le ha regalado nada. Hoy no me puedo levantar fue el musical que le abrió las puertas a un mundo en el que se ha convertido en un imprescindible. Otros proyectos similares sobre las tablas le han consolidado como intérprete del género. Pero Daniel Sánchez Arévalo tenía reservado para él a José Miguel en la película Primos, un hipocondríaco sometido al carácter de su novia que le valió la nominación al Goya a Mejor Actor Revelación. Y, si de regalos se trata, la televisión le ha obsequiado con Pedro, el mozo de los recados de las galerías Velvet. Un personaje entrañable, tímido, buen compañero, "todo corazón", como lo define Lastra, al que le ha costado muchísimo decirle adiós.

-En esta cuarta y última temporada de 'Velvet', han pasado cinco años y la vida de Pedro es completamente diferente. ¿Ha cambiado él también?

-Pedro y Rita son padres de familia, tienen dos mellizos y a él le ascienden de puesto. Pero, a pesar del trabajo, pasan apuros económicos. Pedro ha cambiado lo que puede cambiar una persona cuando se convierte en marido y además en padre. Pero en la esencia sigue siendo el mismo. Los espectadores quieren vernos así, tampoco puede haber cambios radicales. La gente quiere ver a Ana, a Rita, a Mateo, a Pedro... Luego está que le sucede algo muy fuerte a Rita y se ve envuelto en algo increíble.

-Sí, la propia cadena, Antena 3, desveló que su mujer, Rita, descubre que padece un cáncer. En el episodio de hoy se confirmará.

-Me da rabia que se haya dicho. Ya sé que lo ha anunciado Antena 3, pero yo no lo hubiera hecho. Como espectador me hubiera gustado enterarme enfrente de la televisión. Mola ver la trama de una serie y no saber qué va a ocurrir después, ir descubriendo, pero en fin... Es casi anecdótico dentro de todo lo que le ocurre a la pareja.

-Va a ser difícil sacar la vis cómica de Pedro con un drama familiar de estas características.

-Bueno, la comedia forma parte intrínseca de Pedro, él no podrá evitar meterse en líos y como nunca sabe decir que no... es el único fallo que tiene el pobre (risas). Tanto él como Rita pondrán al mal tiempo, buena cara, y aunque cambien la forma de enfrentarse a algunas situaciones, seguirán siendo ellos. El amor entre ambos, además, se triplicará por mil.

-Vamos, que la pareja acaba con el amor por todo lo alto. Como la serie también.

-Sí, tanto la pareja como la serie van a terminar en su punto álgido, es cierto. Cuando han dicho que es la mejor temporada de las cuatro, no mienten en absoluto. Estoy de acuerdo completamente con ello. Pero no sólo habrá amor; también habrá mucha intriga, suspense y comedia.

-Velvet arrancó centrada en la historia de amor de Ana y Alberto, y poco a poco los secundarios como usted y y Rita (Cecilia Freire) han 'robado' protagonismo.

-La serie tiene muchas tramas secundarias interesantes, no sólo la nuestra. La de don Emilio y doña Blanca; las idas y venidas de Clara y Mateo, todas las historias tienen su aliciente. Se puede decir que la serie se centra en Ana y Alberto, pero también en el resto de la vida en las galerías.

-O que los espectadores se han encariñado tanto con usted y con Rita que les han dado más guión.

-Eso también (risas). Pero no sé quién dijo que no hay personajes pequeños sino actores mediocres. Todas las tramas secundarias han ido cogiendo fuerza con el paso de los capítulos. Cecilia (Freire) y yo sí puedo decir que hemos ido escarbando y luchando por dar cuerpo a nuestros personajes, por eso la historia se ha ampliado tanto. Yo interpreto a Pedro como si fuera el protagonista, porque él se lo merece.

-Le ha dado pena despedirse de él entonces, ¿no? A usted y a casi todos los actores.

-Sí, claro, hemos llorado todos mucho porque el equipo ya éramos como una gran familia. Aunque, si el público quiere, tampoco está cerrada la posibilidad de un spin off. No sería la primera vez en una serie española.