GANADERÍA: Toros de San Isidro, el primero como sobrero, de buena presencia y juego. Destacó el quinto, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. TOREROS: Fabián Barba, aplausos y oreja. Joselito Adame, ovación y dos orejas. Mario Aguilar, dos orejas y aplausos. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Aguascalientes. Dos tercios de entrada.

Joselito Adame y Mario Aguilar abrieron la Puerta Grande en la tradicional Corrida de Las Calaveras, celebrada en la Monumental de Aguascalientes. Ambos cortaron dos orejas cada uno de un buen encierro de San Isidro, mientras Fabián Barba, que completaba la terna, cortó otra oreja.

El joven Aguilar se sacó la espina del percance sufrido en la pasada Feria de San Marcos de esta localidad. A su buen primero lo toreó de manera lenta y parsimoniosa tanto con el capote como con la muleta, esencialmente con la mano zurda, por donde el trasteo cobró notable dimensión. Además estuvo acertado con los aceros. Expuso luego con el serio y rajado sexto, que no le dejó redondear su tarde.

Volvía a su tierra Joselito Adame, muy fácil y variado de capa y lucido con los rehiletes. Anduvo dispuesto con el más incierto segundo y firme y asentado con el quinto, toro preimado con el arrastre lento al que el torero dispuso una labor con oficio y resursos, de solvente estructura y ligazón, rematada además de un certero espadazo.

Abrió plaza Fabián Barba, que vio primero cómo el ejemplar que partió tarde se rompía un pitón contra las tablas. El sobrero resultó noble, pero soso y sin transmisión y la labor del torero no llegó al tendido. Al cuarto, de soberbia estampa, lo saludó a portagayola y se hizo ovacionar con el capote a la espalda. Su raza y entrega le llevaron a sufrir una voltereta y a cortar una merecida oreja.