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Análisis 'Lightning Returns: Final Fantasy XIII'

  • El nuevo título, disponible para PlayStation 3 y Xbox 360, cumple sobradamente como cierre de la trilogía ofreciendo un sistema de juego novedoso.

La historia de Lightning llega a su fin. Desde el lanzamiento de Final Fantasy XIII en 2010, los seguidores de la popular y representativa franquicia de rol japonés comenzaron a dudar sobre la seriedad de Square Enix a la hora de ofrecer productos de calidad. Final Fantasy siempre fue sinónimo de grandes aventuras con personajes inolvidables y característicos aderezados con un sistema de combate a la altura de la ocasión, pero también supuso, durante gran parte de la trayectoria de la serie, la libertad de descubrir sin ataduras los entresijos del guión, ya sea apostando por los míticos mapamundis en los que perderse, o con variantes no tan bien recibidas por el público. Square Enix es plenamente consciente de ello. Pero remontándonos a la obra original, Final Fantasy XIII pecó, en sus inicios, de ser un título demasiado hermético, concepto que se arregló en su segunda parte ofreciendo una nueva perspectiva y dándole más matices al mundo de Nova Crystallis. Con el fin de la secuela, y la palabra continuará, Square Enix redime sus pecados pasados para ofrecer un sistema de juego completamente nuevo, alejado de cualquier Final Fantasy concebido hasta la fecha y cerrando el telón de Lightning, heroína de la decimotercera entrega que ha levantado tantas pasiones como decepciones.

Intentaremos no desvelar parte de la trama argumental, pues en ella reside la misma matriz de Final Fantasy. Aunque se dan detalles sobre el marco argumental de la serie, cabe señalar, que el título hace continuas referencias a las anteriores aventuras vividas por la protagonista y sus compañeros, de modo que la gran mayoría de usuarios podría sentirse desubicado por la falta de conexión entre las informaciones. De hecho, si el jugador no ha acompañado a Lightning y Serah -protagonista de Final Fantasy XIII-2- en sus aventuras pasadas, gran parte del encanto se quedará en el tintero al no saber ha ocurrido a su alrededor. Una vez advertido, la trama de este cierre de etapa nos lleva a encarnar de nuevo a Lightning, recuperada de su letargo por el dios Bhunivelze con el objetivo de crear un nuevo reducto de humanidad con las almas que todavía residen en el mundo, que inevitablemente será destruido. 13 días es el margen de tiempo que le queda al mundo, y Lightning tendrá que aprovecharlo al máximo para ofrecer a su omnipresente Dios las almas salvadas y así formar un nuevo edén. Volverán, por supuesto, viejos conocidos de la serie que se enfrentarán al destino de Lightning y que ofrecerán, como no podía ser de otra manera, sus aportaciones a una historia que concluye mucho mejor de lo que comenzó.

Llegar tarde no es una opción

Lightning Returns: Final Fantasy XIII se vive intensamente. Para comenzar nos olvidamos del esquema principal de la franquicia en cual tenemos total libertad para perdernos por los lugares más escondidos o frecuentar zonas de enemigos para aumentar el nivel, dando paso al novedoso concepto de tiempo. Este importante detalle hace que, durante los primeros compases de la aventura, el jugador tenga la sensación de no saber bien hacia dónde debe dirigirse para continuar la historia, pues algunos eventos sólo tienen lugar en horas determinadas, por ejemplo, algunas zonas únicamente son accesibles por la noche, etcétera. La sensación inicial es algo desconcertante, pero una vez hayamos completado con éxito algunas misiones, sobre todo secundarias, el sistema de juego se abre para ofrecer una experiencia mucho más sólida y acorde con las exigencias del guión.

Comenzaremos nuestra andadura en la región de Luxerion, una vasta ciudad dividida entre Norte y Sur, donde daremos nuestros primeros pasos por el mundo de Nova Crystallis. Cabe destacar que desde el primer momento tenemos acceso al resto de regiones del título, como Yusnaan, la ciudad que celebra el fin del mundo; Marcas salvajes, una reserva natural donde la gente vive en armonía fuera del adoctrinamiento; y, por último, las Dunas de la purgación, un enorme desierto en el que vivir nuevas aventuras. En ellas encontraremos multitud de misiones de todo tipo, y podremos realizarlas en el orden que deseemos.

 

En cuanto a las misiones y objetivos, podemos encontrar tres tipos: las enlazadas con el guión, que avanzan la historia de Lightning y el fin del mundo; las de redentor de almas, misiones secundarias que otorgan los ciudadanos, y que oscilan entre conseguir un objeto determinado hasta terminar con enemigos concretos; y los ruegos del tablón de anuncios, que muestran objetivos más variopintos. Es importante señalar también, que el videojuego se aleja de los puntos de experiencia para subir de nivel, por lo que cumplir con las misiones que nos encarguen los transeúntes -salvando así su alma al completar el objetivo- nos servirá para aumentar los atributos. El jugador decide qué misiones tomar y cuándo realizarlas, teniendo en cuenta, eso sí, que Lightning tendrá que volver al Arca -lugar donde se encuentra Hope, otro de los conocidos de la serie- a ofrecer tributo a su Dios. En el arca, además, tendremos la posibilidad de conocer un poco más del pasado de los personajes y descansar de las batallas, así como la posibilidad de volver a librar los combates más duros contra jefes finales, que están disponibles una vez derrotados para superar nuestra puntuación original.

Sin embargo, uno de los problemas que acarrea el título es la imposibilidad de seguir todos los acontecimientos de una manera clara y directa. Nos referimos a la enorme cantidad de misiones y al tiempo estimado para realizarlas, hecho que puede agobiar hasta al jugador más organizado. No existen guías ni puntos que nos digan hacia dónde debemos ir para completar una misión, sino que es el propio jugador el que debe ir marcando con anotaciones el mapa. Otro de los elementos que no se han trabajado bien han sido los frecuentes diálogos entre Lightning y Hope, que ocupan una pequeña parte de la pantalla y desaparecen enseguida, lo que se traduce en algunos momentos en los cuales el jugador se ve obligado a detener la acción para comprobar los objetivos, con la consiguiente sensación de pérdida de tiempo. Lo mismo ocurre con el nivel de dificultad, que ofrece una brecha abismal entre el modo fácil -donde se restaurará nuestra vida después de cada combate- y el modo normal. También hay disponible un modo difícil que se desbloquea una vez hayamos completado la aventura.

 

Lightnig vuelve, a lo grande

La denominación Lightning Returns no es casual en absoluto, pues Lightning se convierte en la total protagonista de esta entrega, cobrando un protagonismo merecido que obliga a reinventar las mecánicas de juego.  En este aspecto, y como sierva de Bhunivelze, Lightning cuenta con puntos de gracia que podrá ir incrementando con el paso del tiempo. Gracias a estos puntos podremos utilizar una serie de dones divinos, como por ejemplo restaurar nuestra vida en plena batalla, detener el paso del tiempo -y así llegar, por ejemplo, a una misión determinada que desaparecerá en breve- e incluso huir de las batallas, lo que penaliza al mundo con una hora menos de vida. Estos puntos, a su vez, van restaurándose paulatinamente a través de las batallas.

Otro de los aspectos que más han sonado antes del lanzamiento de Lightning Returns son los trajes, muy acordes con las exigencias orientales y que en definitiva ofrecen multitud de interpretaciones de la protagonista: son los denominados arquetipos, que podremos adquirir en las tiendas de la ciudad. Una vez adquirido un arquetipo determinado, que además del diseño cuenta con atributos específicos, tendremos que complementarlo con un arma, un escudo y accesorios varios. Además, el título permite ornamentos de todo tipo para la protagonista, como pueden ser gafas, tatuajes, insignias, bigotes, caretas y un largo etcétera que iremos recolectando por el camino. Más curioso es aún el hecho de que durante las secuencias cinemáticas los ornamentos siguen en su sitio, lo que da lugar a momentos tan divertidos como grotescos, pues no ayuda mucho a la inmersión que una mujer te anuncie el fin del mundo con un bigote francés.

 

Por otra parte, el sistema de batallas se ha potenciado para darle más sentido al regreso de la protagonista, que podrá cambiar entre tres arquetipos previamente escogidos por el jugador pulsando los botones laterales del mando. Al realizar las acciones básicas de combate, ya sean ataques físicos, mágicos o guardias, iremos gastando nuestra barra de acción, obligándonos a cambiar de arquetipo -con una nueva barra completa de movimientos- para seguir el combate. Lo interesante del asunto es mezclar los movimientos entre arquetipos para romper las defensas enemigas y así hacer el mayor daño posible, lo que requiere, cada cierto tiempo, que el jugador organice las habilidades asignadas a cada botón, a la síntesis de nuevas materias, a la actualización del equipo, etcétera. Podemos decir, sin duda, que el éxito de las batallas reside en dejar exhausto al enemigo centrándonos en su punto débil, que podremos conocer a través de pergaminos o probando acciones contra ellos, para después aniquilarlos con nuestros ataques más ofensivos.

En otro orden de cosas, Lightning Returns: Final Fantasy XIII se suma a las funcionalidades en línea que están de moda entre los títulos para un jugador. Además de poder vincular los progresos con nuestras cuentas en la redes sociales Facebook y Twitter, podremos compartir imágenes y poner a la venta objetos para que los usuarios, en plena ciudad, vean nuestras almas encarnadas en ciudadanos.

En cuanto al plano audiovisual, Final Fantasy sigue siendo un referente, aunque si bien es cierto que no se utilizan tantas secuencias cinemáticas como en anteriores títulos de la franquicia, el poderío técnico ralla a un nivel más que notable. Sin desmerecer la estela de sus predecesores, la banda sonora cuenta, a su vez, con algunas piezas vocales y mezclas de piano, guitarra y música jazz, lo que le da al mundo de Nova Chrysalia elementos distintivos a la conocida música de fantasía que suele acompañar este tipo de obras. El doblaje, en inglés, caracteriza a la perfección a los personajes, con mención especial a la protagonista y sus frecuentes debates internos. Los textos han llegado, como no podía ser de otra manera, en castellano.

Conclusiones

 

En definitiva, Lightning Returns: Final Fantasy XIII cumple sobradamente como cierre de la trilogía, devolviéndole el protagonismo a Lightning y ofreciendo un sistema de juego novedoso. Los arriesgados cambios en las mecánicas de juego permiten un título adictivo, que atrapa al jugador para ver qué ocurrirá cuando se consuman las horas mientras salva almas en las diferentes regiones del juego. La decimotercera entrega de la serie Final Fantasy llega a su fin con un videojuego que cumple sobradamente y que encantará a los seguidores de las aventuras de Lightning. En contrapartida, aquellos que quieran adentrarse por primera vez en este universo encontrarán un título difícil, lleno de referencias desconocidas y un sistema de juego demasiado exigente para jugadores inexpertos en el género.

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