Uno de los instrumentos más importantes para poner en marcha las medidas que contiene el protocolo contra el acoso de la Universidad de Granada es la creación de una Oficina de Prevención y Respuesta ante el Acoso (OPRA), que se encargaría de llevar a cabo las tareas de cocienciación y detección precoz de esas conductas reprobables en cualquiera de los ámbitos de la institución.

El impulsor de esta iniciativa, el catedrático Miguel Lorente, aseguró ayer que el plan es tenerla en funcionamiento dentro de tres meses. Se trataría de una oficina pionera en nuestro entorno universitario y parecida a la que tiene Harvard en Estados Unidos. El objetivo en ella es dar una "respuesta integral" a las personas que padezcan cualquier situación de acoso sexual, laboral o cualquier otro modo de discriminación. La vicerrectora de Responsabilidad Social, Igualdad e Inclusión, Teresa Ortega, insistió que esta iniciativa de la UGR es la más "valiente" que se ha tomado en el ámbito universitario español, al tratarse de una respuesta completa a este problema. Lorente abundó más en esta idea y dijo que "hay que luchar contra la invisibilidad" del acoso, que es un problema generalizado en la sociedad y que también afecta a las aulas universitarias. "No podemos no hacer nada en la Universidad porque no hacer nada es hacer para que continúe".

La responsabilidad de la UGR tiene una triple vertiente, de "no dar la espalda a las víctimas", por el uso de las estructuras de poder internas, y como compromiso con la sociedad.