Industria del plástico

Alimentos muy bien 'vestidos'

  • Moldplástica nació en Estepa en 1982 con el fin de presentar de forma más atractiva los mantecados y polvorones; envases y bandejas de plástico que han logrado hacerse un hueco en la industria nacional

Decir Estepa es decir mantecados y polvorones. Los productos que han llevado el nombre de esta localidad de la Sierra Sur fuera de sus fronteras fueron la semilla, hace casi 30 años, del nacimiento de Moldplástica. La evolución y extensión de la industria de los dulces navideños generó la necesidad de desarrollar nuevas estrategias de presentación del mantecado tradicional y se comenzó a envasar en bandejas de plástico. Los cinco hermanos de la familia Jiménez Prieto vieron en este acontecimiento una oportunidad única para fundar Moldplástica. Una apuesta segura en una sociedad, la actual, en la que la imagen es clave a la hora de llegar y convencer al consumidor.

Paulatinamente, aunque sin olvidar sus raíces, fueron fabricando envases para otros sectores como el cosmético, automóvil, sanitario o la juguetería. No obstante, el principal segmento sigue siendo el alimentario, tal como explica el director técnico de la firma, Víctor Blanco Muñoz. "Nuestros orígenes, la experiencia y la calidad de nuestros envases hace que seamos empresa de referencia en el sector de la alimentación. Actualmente, fabricamos para las principales firmas de galletas a nivel nacional, y somos proveedores de las marcas más conocidas de productos típicos navideños, incluyendo a aquellos que nos vieron nacer. Es decir, 'vestimos' los alimentos de las principales marcas que vemos en los supermercados".

El crecimiento de las instalaciones ha ido respondiendo a la demanda de sus clientes. Así, empezaron en la cochera de la casa de los Jiménez Prieto ofreciendo productos al propio mercado local del mantecado. Posteriormente, fue necesario efectuar dos traslados y ampliaciones hasta llegar a disponer de las instalaciones actuales en el polígono industrial Sierra Sur. Estas instalaciones han permanecido en Estepa  por dos motivos: por la situación geográfica, en el corazón de Andalucía, y debido "al gran potencial que tiene la ciudad en cuanto al fuerte tejido industrial, económico y de comunicaciones", según Blanco Muñoz.

De esta manera, en la actualidad Moldplástica cuenta con una planta de fabricación y oficinas de 2.300 metros cuadrados y un almacén de 3.200 metros cuadrados para materia prima y producto terminado. La producción anual ronda los 50 millones de bandejas de las 752 referencias distintas que poseen.

Otra de las señas de identidad de Moldplástica es su técnica de fabricación de envases, denominada termoconformado. Este sistema consiste en conformar una bandeja o envase a partir de la aplicación de calor a una lámina plástica. Este calor se aplica a través de resistencias eléctricas, consiguiendo que el material se ablande y adquiera una cierta fluidez. Luego, esta lámina se coloca en un molde de aluminio en el que se realiza un proceso de vacío-soplado, adheriéndose y reproduciendo la superficie del molde. Una vez troqueladas las distintas piezas se obtiene el producto final listo para su distribución y venta.

"Desde el principio -concluye Blanco-, se ha apostado por la mejora continua y una fuerte mentalidad inversora que hace que dispongamos de maquinaria con la mejor tecnología del mercado. Al día de hoy poseemos cinco líneas independientes de termoconformado y una línea de extrusión multicapa que nos permite recuperar y reciclar las mermas plásticas con la máxima garantía y calidad".

Planes de futuro

Cuando Moldplástica piensa en el futuro tiene muy claro que deben seguir trabajando en la misma línea. Aunque reconocen que no son grandes afectados por la crisis económica, van a continuar innovando e invirtiendo. Así, en los próximos meses verá la luz un nuevo envase para un gran fabricante de detergentes. También trabajan en el desarrollo de una gama completa de envases con plásticos técnicos para alimentos precocinados.

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