Crónica del Viernes Santo

Clasicismo por bandera

  • Granada vive un Viernes Santo completo con las cinco cofradías del día en unas calles de nuevo abarrotadas

Salida del Santo Sepulcro

Salida del Santo Sepulcro / Carlos Gil

El Viernes Santo en Granada en sinónimo de clasicismo y tradición. Y todos los cánones se cumplieron. La jornada comenzó temprano con la visita a los monumentos, una costumbre que sigue viva y que permite adentrarse por un momento en conventos, monasterios y templos que viven en la jornada del Viernes Santo su día grande, la conmemoración de todo el sentido de la Semana Santa, la muerte de Cristo. 

Ese recogimiento se transforma poco después en el acto más popular y único de la Semana Santa de Granada: el rezo del Campo del Príncipe. A las tres de la tarde, como manda la tradición heredada de generación en generación, miles de personas se congregaron sin convocatoria previa ante la imagen pétrea del Señor de los Favores. La hermandad de la Soledad había cumplido también su ritual y el paso de la Virgen junto a su cortejo de nazarenos y camareras se apostó junto al monumento en una unión que se repite cada Viernes Santo. El rezo lo presidió este año el cardenal Fernando Sebastián por la baja médica del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez. Y a las tres de la tarde, silencio. Sólo la campana de la Iglesia de San Cecilio tiene autorización para tañir a esa hora, la hora nona, ante el silencio y la oración de los fieles y devotos que se acercan.

Un acto que precede cada Viernes Santo a las salidas penitenciales de las hermandades del día. Cinco: Ferroviarios, Favores, Escolapios, Soledad y Santo Sepulcro.

Las cinco salieron sin problema en una Semana Santa ya de las que pasarán a la historia por la buena climatología. Y sin preocupación meteorológica, sólo quedaba disfrutar. La hermandad de los Ferroviarios, desde la Avenida de la Constitución, continúa avanzando la remodelación de los pasos de sus titulares. Los Favores puso a la jornada el carácter de barrio, de su Realejo, con el imponente paso de Cristo crucificado y el palio de la Virgen de la Misericordia, un referente en la ciudad por su estética y calidad. La hermandad de los Escolapios siguió demostrando que tiene un nombre propio en la Semana Santa. Amplio cortejo y dos pasos perfectos bajo la dulce y cautivadora mirada de la Virgen del Mayor Dolor. Para cerrar la jornada, la cofradía del Santo Sepulcro, la oficial, con la representación del resto de hermandades, de instituciones como el Ayuntamiento, la Subdelegación del Gobierno o el Madoc. El paso del Sepulcro iba este año con la Banda Municipal de Granada, habitualmente tras la Virgen, y la Soledad llevaba música de capilla. Por último, la cofradía de la Soledad de San Jerónimo, precedida por el Descendimiento sobre su catafalco. Figuraba en el cortejo el preso que por gracia de esta hermandad ha pasado de segundo a tercer grado y que espera ser indultado en los próximos meses tras no aceptar el Gobierno un indulto directo a la hermandad.

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