La Semana Santa trae consigo uno de los platos tradicionales más apreciados entre los españoles: las torrijas. El dulce por excelencia de las celebraciones de Cuaresma cuenta con el pan como ingrediente base, pero en ocasiones prescindimos de él debido a su aporte calórico sin tener en cuenta que los hidratos de carbono tienen un importante papel dentro de una dieta equilibrada.

Las torrijas son un plato del que podríamos disfrutar si se toma con moderación dentro de una dieta equilibrada en la que se practique ejercicio físico y cada vez surgen más posibilidades que permiten reducir su aporte calórico.

Si se cambia el rebozado por una emulsión de huevo se bajan las grasas

Desde la Pastelería Nunos, ganadora del Premio a las Mejores Torrijas de Madrid 2017, se proponen otras formas de elaboración. "Sustituimos la fritura por una cocción en plancha y cambiamos el rebozado convencional por una emulsión de huevo, que permite disminuir la grasa de nuestras torrijas para consumir este producto de manera saludable sin renunciar a su sabor", comenta José Fernández-Ramos, maestro pastelero y propietario de la pastelería, que añade, "por otra parte, para aquellos clientes interesados en una opción más ligera, acompañamos las torrija con fruta que aporte el sabor dulce prescindiendo de azúcares añadidos".

Consumir las torrijas con fruta conlleva también tomar una ración extra de este grupo de alimentos al día. Si se emplean frutos rojos, aparte de una presentación más vistosa, añadirá un alto nivel de vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes.

En cuanto al pan, decir que, si escogemos uno elaborado a partir de harina de trigo, apenas contiene grasa. Concretamente, 100 gramos de pan aportan entre 1 y 3 gramos de grasa, dependiendo del tipo de pan.