obra social

Donde los pasos no llegan

  • La labor callada de muchos cofrades lleva la Semana Santa a todos los rincones

Dicen que donde hay caridad allí está Dios y estos días en los que la ciudad bulle entorno a sus cofradías hay lugares donde no es fácil que ese ambiente se traslade. Hospitales, residencias, albergues, comedores sociales, prisiones… No figuran ni mucho menos en las guías de horarios e itinerarios pero ahí también llega la Semana Santa.

Y lo hacen gracias a la labor callada y constante de cofrades que, además de cumplir con el culto externo, hacen hincapié en el otro fin de las hermandades: la caridad. No como gesto vacío de una ayuda puntual sino como persistencia en la atención -no solo económica- a los que necesitan todo o casi de todo. De hecho, hay quien ha llegado a la cofradía desde la asistencia social.

Hermanos del Resucitado colaboran en el comedor social y el ropero de Regina Mundi

Es lo que le ocurrió a María Antelo, hermana de la cofradía del Resucitado de Regina Mundi y voluntaria vicenciana desde antes de la fundación de la corporación que cierra la semana mayor, hace ya tres décadas. Perteneciente al movimiento de Hijas de la Caridad colabora con el comedor social que existe junto al colegio de la calle Arabial. María también acompaña a los mayores, "a los que visitamos en casa o si tienen que acudir al médico les trasladamos a la consulta". Es una faceta que abarca muchas atenciones como la del ropero, una de las más demandadas, que se completa con la bolsa de empleo "por si hay necesidades en el barrio que se puedan asistir".

"Vienen unas quince personas cada semana al ropero" que en los días de frío es muy demandado "por las mantas sobre todo". Casi una decena acuden para pedir un trabajo y muchas más al comedor -"una media de ochenta a la semana"- siendo este recinto uno de los que más atiende a transeúntes, familias sin recursos y desempleados de la ciudad. "Muchos de los voluntarios son cofrades del Resucitado", apunta María que al igual que ella se formaron en esta escuela de caridad y dedicación a los demás.

Economato solidario

Como algunas cofradías de la ciudad, la corporación de Regina ayuda a sustentar el economato solidario 'Virgen de la Misericordia' que la Federación de Cofradías puso en marcha en 2014 bajo la presidencia e impulso de Antonio Martín. "Son varias las familias que ayudamos enviándolas al economato", una fórmula de asistencia social que "ha resultado muy eficiente", expone María. Incluso tras conseguir que dos familias pudieran obtener recursos propios, "enviamos a dos más" para que puedan hacer la compra a este supermercado solidario con precios muy económicos.

No queda ahí la frenética labor de los cofrades del Resucitado que también han organizado conciertos para obtener fondos para el comedor o para las religiosas de la orden vicenciana -cumple 450 años- que se encuentran en Siria. Una forma de ser cofrade que María y sus compañeros alternan con las tareas propias que la hermandad desarrolla comandada por su hermano mayor, Eduardo Iáñez.

Pero también la Semana Santa llega a los centros penitenciarios granadinos y de qué forma. Nadie esperaba que lo que empezó siendo un taller de pintura donde se trataba la temática cofrade desembocara en las exitosas jornadas celebradas el pasado marzo tanto en Albolote como en el CIS 'Matilde Cantos' de la capital. Hace tres años la hermandad de la Esperanza motivó que algunos internos plasmaran sus habilidades artísticas en los lienzos donados por la corporación y que luego se expusieron en diversos puntos de la provincia. "Muchos cuadros se vendieron ya que eran auténticas joyas", refiere el máximo responsable de la corporación del Martes Santo, Francisco J. Fernández. "Ellos lo que tienen lo dan", añade subrayando que en estos centros "hay gente que no tiene a nadie y que las circunstancias de la vida le han llevado allí". Una muestra de esta generosidad es que algunos internos, "que no tienen ningún ingreso y hacían caricaturas a otros para sacarse un dinero", cuando se hizo el taller de pintura participaron y donaron sus obras "teniendo el gesto de donar su importe a la obra de misericordia de la hermandad".

Vivencia enriquecedora

Además, lo que no se esperaba es el interés que iba a despertar la Semana Santa en estas personas privadas de libertad. "Todo partió de la inquietud de ellos", expone Fernández a quien sorprendió gratamente la acogida a la propuesta de la hermandad de organizar un ciclo de conferencias y conciertos para dar a conocer nuestra semana mayor.

Pregoneros, fotógrafos o responsables de otras hermandades han pasado por estos centros penitenciarios para compartir sus vivencias cofrades con la rotunda respuesta de los internos que llenaron los salones de actos para asistir a las jornadas (doscientos solicitaron participar pero no pudieron salir todos los módulos). "Hay gente que no conoce la Semana Santa y otros que sí son cofrades" pero lo que más ha llamado la atención a los ponentes ha sido la curiosidad y el diálogo que han mantenido con personas alejadas de la fe o de otras confesiones a la católica.

El pregonero de 2015, David Rodríguez, reconoce que "el que se ha enriquecido he sido yo" tras vivir la experiencia y departir con un musulmán las particularidades de nuestras creencias.

Como fruto de esta vivencia, "una de las internas ha mostrado su interés por hacerse hermana" explica el hermano mayor de la Esperanza. "Incluso un recluso cantó una saeta a la Virgen cuando el vídeo de la salida de la cofradía que se proyectaba se paró" con la imagen de la Dolorosa de Risueño. "Fue un momento muy emotivo", realza Francisco Fernández. Tal ha sido la satisfacción que ya hay más propuestas para los próximos años para seguir llevando la Semana Santa a quienes más les hace falta esperanza y amor fraterno.

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