Cómete Granada

Un capricho para los más 'sibaritas'

Sibarita, según la Real Academia Española es la persona que se trata con mucho regalo y refinamiento, término que a su vez proviene de la antigua ciudad griega situada al sur de Italia llamada Síbaris, que destacaba por la riqueza y elegancia de sus habitantes.

En este caso, José Antonio Jiménez y María José Civantos no se equivocaron con el nombre de su bar. El Sibarita, ubicado en la carretera antigua de Málaga, en el barrio de la Chana, es un capricho que todo el mundo debería darse en algún momento.

El matrimonio se puso al frente de este negocio en el año 1997 y cuenta José Antonio que tuvieron que luchar y trabajar mucho para salir adelante. Sin lugar a dudas ese sacrificio ha dado sus frutos, ya que este bar se ha convertido en una de las referencias gastronómicas del barrio.

El local es un espacio muy luminoso, grande y con una distribuición cómoda y elegante. Pese a ser un espacio diáfano acoge una zona de comedor y otra de barra, además de la terraza, que mantiene todo el año, y las mesas para el tapeo. Hace tres años reformaron el local completamente, es por eso que pueden presumir de su decoración casi minimalista y muy práctica.

El Sibarita ofrece una variedad de comida digna de mención. Tienen 35 variedades de tapas entre las que hay que señalar el mini gallego de bacon y huevo de codorniz, las croquetas caseras, los perritos calientes o la tortillita de camarones, los chanquetes, o la rosada con ali-oli o el cazón aliñado.

Además de por estas delicatessen, este negocio llama la atención por sus mariscos y pescados, y sobre todo por sus tapas gourmet, que según explica el dueño, "son como raciones pero mucho más económicas". Entre ellas destacan las tostas al estilo madrileño, el queso de cabra caramelizado, el rabo de toro, el pollo al curry con arroz y el solomillo de cerdo con salsa mozárabe.

También hay una amplia variedad de platos para compartir, ensaladas, pescados, y bocatas, que según explica J. Antonio, son los favoritos de los más jóvenes. El rango de edad de la clientela del Sibarita es de 18 a 60 años, cuenta el dueño, que si tuviera que destacar algo de su negocio sería que tiene "la mejor clientela del mundo. Al 70% de ellos los conozco desde el año 97, he visto visto crecer a los hijos de muchos de ellos, que ahora vienen con sus propios hijos".

Este matrimonio intenta siempre mejorar y de forma meticulosa ofrecer siempre "algo nuevo" a sus clientes. Muestra de ello son sus fines de semana temáticos, en los que el Sibarita se llena por ejemplo de delicias gallegas como ostras o pulpo a feira. También organizan catas de vinos como la que tuvo lugar esta semana en la que no faltó ni el vino ni la buena comida.

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