Corpus

Roca Rey pone de acuerdo a todos, quiere ser una gran figura del toreo

  • Sebastián Castella desafía al presidente, Mariano de Damas, creando una situación tensa Debe de ser sancionado

plaza de toros de granada Ganadería: Se lidiaron seis toros de la ganadería de El Torero, de El Bosque (Cádiz), flojos y sin raza. Segundo y cuarto fueron devueltos, siendo sustituidos por dos toros de la ganadería de Albarreal, también sin fuerza.. TOREROS: Enrique Ponce: (de grana y oro). Saludos y saludos. Sebastián Castella: (de marino y oro). Oreja y oreja. Roca Rey: (de salmón y oro). Dos orejas y oreja. INCIDENCIAS: Cuarto festejo, tercera de abono, media entrada. Buena temperatura. Los toreros Sebastián Castella y Roca Rey salieron a hombros. Viernes 27 de mayo.

Sebastián Castella, por mucha figura del torero que sea, no puede perder el respeto a la Plaza de Toros de Granada, ni a su afición, ni tampoco al señor presidente del festejo, Mariano de Damas. El torero francés fue el protagonista de un lamentable episodio durante la lidia del quinto toro, segundo de su lote. El astado presentaba signos de no valer y, además de una flojedad palpable, también mostraba problemas en una pata. Es incomprensible como, el torero, invitó a la presidencia al cambio, dando una chicuelina-machetazo que acabó con el toro en el suelo. El diestro sabía que iba a pasar para después reclamar la devolución al presidente. Pero no contento con ello, después de que los cabestros no fueran capaces de retirar al toro, salió al ruedo y, cuando lo lógico es entrar a matar, se puso a torear, en un claro desaire a la autoridad, ejecutando hasta seis series. Con los dos sobreros que tuvo en suerte, de la ganadería de Albarreal, estuvo voluntarioso, pero era muy difícil, sobre todo cuando decidió torear al natural. Su primero lo mató de una estocada trasera y caída que rodó al toro de inmediato. En su segundo, tras pinchazo y estocada. Una oreja en cada uno.

Enrique Ponce lidió con el peor lote de la tarde y lo manifestó nada más comenzar sus respectivas faenas con gestos de enfado. Deseaba volver a triunfar, una vez más en Granada, es una de sus plaza preferidas. Sorbito, un jabonero, fue el nombre de su primero, pero ni a eso llegó, fue un vaso sin gota de emoción, manso a rabiar, que solo quería desparecer de las inmediaciones del torero. Mató de una estocada entera, tras escuchar un aviso y saludar desde el tercio. El cuarto, segundo de su lote, más de lo mismo. Estuvo mucho tiempo intentándolo, hasta escuchó un aviso, pero fue imposible, bastante trabajo tuvo el diestro con intentar mantener al animal en pie. Dos pinchazos y una estocada acabaron con el deslucido toro.

Menos mal que vino Roca Rey. El joven torero peruano volvió a demostrar, esta vez en Granada, donde se presentaba, que quiere ser una gran figura del toreo, que no se esconde de nada, ni de nadie, que va por derecho a crear espectáculo y a hacer afición. No tardó en levantar al respetable de sus asientos. Fue en la primera tanda de recibo, por chicuelinas a pies juntos. La faena con su primero, un negro mulato de nombre Mantecoso, fue apoteósica de principio a fin. Con la muleta inició pasándose el toro por la espalda creando pavor, para emprender unas series con la mano derecha sin moverse del mismo terreno donde las inició, bajando la mano y arrastrando el trapo, y metiéndose literalmente en la cuna de las astas del toro. Espectacular. Estoconazo al volapié y como premio dos orejas y petición de rabo. En el que cerró plaza, también estuvo por encima de sus compañeros de cartel, brindó el toro al público -también lo hizo en el anterior-, pero no era igual, se paró demasiado desde el inicio de la faena de muleta y tuvo que tirar más del recurso del arreón y del valor que del temple y la plasticidad. Pero emocionó y convenció a todos. Pisó terrenos muy peligrosos. Se jugó el tipo ante un toro que se quedaba a media embestida y, cuando llegaba a su altura, cabeceaba buscando el pecho del torero. Su temple y valor, lejos de amilanarse, le sirvió para seguir complaciendo la entrega que el público granadino le dispensó. Mató de un pinchazo hondo sin soltar y una estocada entera. Fue premiado con una oreja.

Tarde noche donde hubo de todo: un gran Roca Rey; Ponce, sin suerte; y Castella, plano pero con un borrón de desacato a la autoridad que fue imperdonable. Tres horas y cuarto de corrida, es mucho tiempo.

La de hoy sábado, cuarta de abono de la feria granadina, se queda sin Morante por enfermedad. Le sustituye Roca Rey después de su actuación de ayer. Estará frente a El Juli y López Simón.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios