Ángel Jiménez es un caso excepcional. Es el único gimnasta granadino que se dedica a la modalidad de rítmica a nivel competitivo, una disciplina cien por cien femenina que, en España, practican apenas un centenar de hombres, de los que apenas quince tienen licencia, según consta en la Federación Española de Gimnasia.

"Practico los mismos ejercicios, con las mismas dificultades", asegura el gimnasta del club Nevada, que se inició en este deporte hace apenas un año y medio. Una de sus entrenadoras, Sandra Morón, no tiene más que palabras de elogio para su particular alumno. "Es un ejemplo a seguir para todos por su esfuerzo y capacidad de trabajo", reseña Morón, que incide en que es cada gimnasta el que desarrolla sus habilidades en función de su destreza y capacidad física, no del género. "Cada uno elige las dificultades que puede hacer, y Ángel, por ejemplo, destaca por su capacidad de salto, por tener mucho giro y manejar muy bien los aparatos", enumera Morón. La entrenadora aclara que, esta temporada, el gimnasta granadino competirá en el Andaluz B, previsto en junio y aún sin sede, y que es necesario que suba al podio en este torneo para optar la próxima campaña al regional de primera categoría. Un podio en esa competición es la única manera de acceder al Campeonato de España de gimnasia rítmica. Un largo camino, y muy duro, que, sin embargo, no intimida el espíritu de Jiménez, que tiene como objetivo deportivo representar a Granada a nivel nacional. Para lograrlo cuenta con su tenacidad y el apoyo de sus entrenadoras en el Nevada, Sandra Morón, Isabel Montosa y Ana Souza.

"Voy a intentarlo, a hacerlo lo mejor posible y a esforzarme al máximo", reseña Jiménez, que entró en este mundillo de rebote, porque su hermana pequeña se inscribió. "Lo que queremos es que sea como un deporte más, igual que existe boxeo femenino, ¿por qué no puede haber gimnasia rítmica masculina?".