COVIRÁN GRANADA

El 25-J de la pelota gorda

  • Las similitudes entre aquel Granada-Murcia del año 2000 en Los Cármenes y el Covirán-Zornotza de anteanoche son muy evidentes... Y dolorosas

Si por un adiós es fácil derramar lágrimas, imaginen por dos: se retira Jesús Fernández sin que el baloncesto le regale un último ascenso.

Si por un adiós es fácil derramar lágrimas, imaginen por dos: se retira Jesús Fernández sin que el baloncesto le regale un último ascenso. / CARLOS GIL

Tuve un dejà vu el martes en el Palacio de Deportes. Una sensación que hacía años que no recorría mi cuerpo, mi corazón y mi cabeza. Ya durante el día había algo en el ambiente que no me terminaba de cuadrar, pero que cobró todo el sentido del mundo en el último minuto y medio de la temporada del Covirán Granada. Lo de anteanoche en el cubierto del Zaidín fue el 25-J particular del baloncesto granadino.

ANTECEDENTES

Por si alguno no se ha situado, el 25-J es la fecha de funesto recuerdo en la que el Real Murcia le birló el ascenso al Granada CF a Segunda División, de lo que han pasado 17 años, pero que sigue doliendo cuando se recuerda. Las situaciones se tocaban las manos el martes. Aquel Granada CF y este Covirán venían de haber hecho lo más difícil, vencer fuera al rival directo para traer el partido decisivo a la ciudad. En ambos casos, había ambiente de triunfalismo, no sin sufrimiento, pero triunfalismo a fin y al cabo. También pasaron cosas raras en los dos partidos. En el de fútbol, un equipo que no se pareció al que quedó campeón del Grupo IV de Segunda B y en el que Jubera mandó un balón al travesaño con el portero batido. Toma su relevo en el deporte de la canasta Carlos de Cobos, desesperante, desesperado y encabezonado en tirar él solo de un carro que necesitaba de otras decisiones por su parte. En el capítulo paranormal se anclará en el recuerdo las dos únicas canastas en juego anotadas en el último periodo, que mataron al equipo, llegando la primera a 2:41 del final.

MIEDO

Otra similitud con aquel partido fue el pánico a ganar. Nadie se erigió en líder ni en aquel junio del 2000 ni en este mayo de 2017. Cada canasta del Zornotza, anotada con pasmosa facilidad en el cuarto final, era una daga en los corazones de la grada y una losa en las piernas y muñecas de los jugadores. También en los banquillos se parecieron las situaciones. Felipe Mesones se escudó en su chaquetón a 40 grados a la sombra. Pablo Pin sí dio la cara, pero sus consignas no sirvieron para nada. Del hundimiento sin remisión del Covirán en el momento en el que los héroes salen victoriosos de la arena tiene una parte alícuota de responsabilidad un entrenador que no cambió la dinámica hacia el precipicio del equipo.

EL RESULTADO

Fue un aldabonazo de realidad. Las caras del martes eran las mismas de las de los granadinistas en aquel 25-J. Nunca vi así a la gente del Palacio en sus 25 años. Por eso este fracaso es el punto negro que todo club tiene en su historia.

JESÚS

No sólo se perdió un ascenso, si no a la leyenda, al hombre que debía concluir su carrera deportiva tres semanas más tarde. Ya no habrá Jesús Fernández al que recurrir cuando la cosa se pone fea. El salvavidas de siempre en el 'CB' y en el Fundación se retira, y cubrir el vacío de un referente espiritual es un problema muy serio.

la receta del salto

El club tiene ahora dos opciones para que a la tercera sea la vencida. Aceptar cambios dolorosos en la parte deportiva o insistir en el método Pin, pero con nuevas caras de mayor nivel. Entiendo la devoción hacia el entrenador, el único en la historia de la Fundación, pero que el eterno agradecimiento no se convierta en una rémora. Estos dos fracasos por subir indican cierto estancamiento, cuando quizás para obtener ganancia se debe subir la apuesta. Se hizo este año con una plantilla que no es como para quedarse en semifinales de un ascenso, sino para subir de forma directa. Si moviendo el árbol en el plantel, el resultado ha seguido sin ser el deseado, plantear abrir las ventanas en el cuerpo técnico es, al menos lícito. Aunque Pin tenga contrato, quizás dar un paso atrás para centrarse en la dirección deportiva le permita refrescar ideas.

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