Deportes

El Barça, el gran rey del mercado invernal

  • El club catalán invierte 132 millones de euros en dos jugadores y rompe su dinámica de no reforzarse en enero

Coutinho, en el centro, realiza estiramientos junto a Paulinho y Messi.

Coutinho, en el centro, realiza estiramientos junto a Paulinho y Messi. / Enric Fontcuberta / efe

El Barcelona, un equipo poco dado a fichar a mitad de temporada, ha batido este invierno todos los récords al invertir 131,8 millones de euros -más variables- en el centrocampista brasileño Philipe Coutinho (Liverpool) y el defensa colombiano Yerry Mina (Palmeiras) . Hasta hora, el club catalán se había reforzado sólo en el ecuador de una campaña para completar la plantilla en caso de sufrir bajas prolongadas o si se presentaba alguna oportunidad de mercado.

Esta vez, en cambio, ha decidido tirar la casa por la ventana (120 millones más otros 40 en variables) para traerse a Coutinho, el crack por el que ya suspiraba el pasado verano. Y ha adelantado la incorporación (por 11,8 millones) de una central de proyección como Mina, al que ya seguía.

La última vez que el Barcelona acudió al mercado de invierno fue la temporada 10-11, cuando pagó 3 millones al PSV Eindhoven por Ibrahim Afellay, para reforzar una plantilla que entonces sólo contaba con 20 jugadores.

Tres temporadas antes, en la 07-08, el Barcelona se hizo con los servicios del portero José Manuel Pinto, para suplir en la portería azulgrana a Albert Jorquera, que acaba de padecer una lesión de ligamentos cruzados. Por la cesión durante seis meses de Pinto, el Barcelona pagó medio millón de euros al Celta, con una opción de compra sin coste adicional, y el andaluz fue cinco años y medio el suplente de Víctor Valdés.

En el curso 04-05, la entidad catalana contrató a dos futbolistas en el mes de enero: el delantero argentino Maxi López, por quien pagó 6 millones de euros a River Plate, y el veterano centrocampista italiano Demetrio Albertini, que llegó con la carta de libertad procedente del Atalanta. En aquella campaña, Larsson, Edmilson, Motta y Gabri se habían roto los ligamentos cruzados y se perdían casi toda la temporada. Pero la presencia de Maxi y Albertini fue poco menos que testimonial.

A mitad de la temporada 03-04, la primera de Rijkaard, llegaría Edgar Davids. El centrocampista holandés, cedido por la Juventus, encajó desde el primer minuto para ofrecer un rendimiento inmediato, aportando en el centro del campo el equilibrio necesario para mayor gloria y lucimiento de Ronaldinho. El equipo, aún en construcción, no ganó nada esa temporada, aunque, tras un inicio dubitativo, asentó su juego para quedar segundo en la Liga, lo que le permitió regresar a la Liga de Campeones al año siguiente, tras disputar la Copa de la UEFA aquella campaña. Sin embargo, pese a su gran rendimiento, Davids no seguiría en el Barça, al no llegar a un acuerdo para renovar su contrato, y ficharía por el Inter.

Tampoco continuó el lateral zurdo argentino Juan Pablo Sorín, cedido la campaña anterior por el Cruzeiro, después de de que el jugador se desvinculara de la Lazio.

A mitad de la temporada 98-99 llegaron los hermanos De Boer, procedentes del Ajax, que percibió por el traspaso 3.000 millones de pesetas (unos 18 millones de euros) Los gemelos pasaban a formar parte de un vestuario que, antes de su llegada, ya tenía seis futbolistas holandeses y un entrenador, Louis van Gaal, de la misma nacionalidad. Ronald no llegó a triunfar. En cambio, su hermano Frank se asentó en el once titular desde el principio y jugó 214 partidos en cinco temporadas y media.

Un año antes de que llegaran los gemelos de Boer, Van Gaal se encaprichó del central zurdo Wiston Bogarde, a quien ya había entrenado en el Ajax, por 800 millones de pesetas. El delantero nigeriano Emmanuel Amunike llegó en el invierno de la campaña 96-97 por expreso deseo de Bobby Robson tuvo una trayectoria similar a la de Bogarde pues, como ocurrió con el holandés, el Camp Nou puso en duda su nivel para jugar en el Barça desde su llegada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios