El Barcelona sufrió para empatar a un tanto en su visita al campo del Rubin Kazan, que se adelantó en la primera parte y cerca estuvo de rentabilizar al máximo su propuesta defensiva. Los dos goles llegaron por sendos penaltis. El ecuatoriano Christian Fernando Noboa marcó para el equipo ruso y David Villa igualó en la segunda mitad en un partido muy espeso del conjunto azulgrana.

El Rubin Kazan propuso un sistema insólito, situando una línea defensiva compuesta por seis jugadores, es decir, con cuatro centrales. No disimuló y dejó en el banquillo al brasileño Carlos Eduardo y al nigeriano Martins, sus dos atacantes estelares. Al ver estos detalles, el Barcelona ya supo que no iba a tener un partido fácil. Y así fue. El Barcelona sufrió mucho ante un equipo que ya le dio muchas dificultades la pasada temporada en la Liga de Campeones, cuando ganó en el Camp Nou y empató en Kazán. También es cierto que el equipo azulgrana regaló la primera parte.

Josep Guardiola, su técnico, dejó en el banquillo a Lionel Messi. De nuevo, se pudo comprobar la influencia que tiene el argentino, pues el equipo azulgrana echó de menos una mayor efectividad rematadora. Además, ayudó mucho la excesiva precaución con la que Guardiola planeó el duelo, pues sonó extraño formar una medular con Sergio Busquets y Javier Mascherano. Al Barcelona le sobró uno de los jugadores, ya que el Rubin Kazan no se prodigó en ataque. Y eso que el conjunto azulgrana pudo adelantarse a los 13 minutos, cuando Pedro estrelló un balón en el palo. Pero la realidad es que los locales apenas sufrieron porque el juego de su rival fue muy previsible en la primera mitad.

El Rubin Kazan jugó a defender y a esperar cualquier oportunidad. Y ésta llegó a los 30 minutos, cuando Daniel Alves no midió y cometió penalti sobre Kaleshin. Lanzó el ecuatoriano Noboa y marcó. El Barcelona casi agradeció la llegada del descanso, llegó el momento para reflexionar sobre el mal funcionamiento de su ataque y la forma de romper el muro defensivo de su rival. Tarea para Guardiola.

Pero poco corrigió el técnico catalán, pues el partido prosiguió igual. La diferencia es que contó con el error humano, con una pifia de su rival, que concedió un penalti en una jugada aparentemente intrascendente. A los 60 minutos, Iniesta entró en el área con el balón dividido y sufrió el derribo de un defensor local. Fue penalti y Villa se encargó de transformarlo en gol. Acto seguido entró en el campo Messi, que jugó sus primeros minutos tras superar una lesión de tobillo. Se notó el tiempo de convalecencia, pues el argentino apenas participó en el juego.

El partido siguió espeso hasta el final. El Rubin Kazan no quiso concederse alegrías y prosiguió con su apuesta defensiva, mientras el Barcelona tampoco pareció en condiciones de romper el muro en jugada elaborada. Al final, el equipo ruso celebró el empate y el Barcelona tampoco se disgustó con la igualdad, pues Martins remató al palo en los instantes finales. El equipo español sufrió ante un rival que parece conocer cuál es el secreto del éxito del conjunto de Guardiola. El Rubin Kazán sigue siendo la asignatura pendiente del técnico catalán.

FICHA DEL PARTIDO:

RUBIN KAZAN: Ryzhikov; Ansaldi, Bocchetti, César Navas, Salukvadze; Kaleshin, Karadeniz (Martins, m.65); Noboa (Natcho, m.88), Murawski; Ryazantsev y Kornilenko (Sibaya, m.63).

BARCELONA: Valdés; Maxwell, Alves, Puyol, Piqué; Busquets, Mascherano (Messi, m.61), Xavi; Pedro, Iniesta y Villa (Bojan, m.86).

GOLES: 1-0, m.30: Noboa, de penalti. 1-1, m.60: Villa, de penalti.

ÁRBITRO: Cüneyt Çakir, de Turquía.

CAMPO: Estadio Central de Kazan.