Deportes

Un chupinazo de satisfacción

  • El triunfo en Pamplona pone la guinda a una temporada que ha sido perfecta

Los aficionados al baloncesto están de enhorabuena y más aún los que vivieron in situ la victoria en Pamplona.

Los aficionados al baloncesto están de enhorabuena y más aún los que vivieron in situ la victoria en Pamplona. / fermín rodríguez

No sé si cuando el Club Baloncesto Granada de José Julián echó la persiana alguien cogió un balón en el centro del Palacio de Deportes y, en tono solemne, emuló al general Douglas McArthur, que cuando los japoneses le obligaron a abandonar Filipinas soltó un sonoro y premonitorio "¡Volveré!" . Esa primavera de un ya lejano 2012 no estaba el horno para bollo alguno ni para solemnidades varias, pero unos pocos, con Óscar Fernández-Arenas al frente, se asió a la parte saneada del extinto club y sobre su Fundación hizo que el baló siguiera botando en Granada. Y el balón botó... de abajo a arriba. El nombre de Granada atesoró humildad y no le dolió prenda alguna para comenzar literalmente de cero.

escalón a escalón

Primera Nacional, Liga EBA y LEB Plata. Sin prisas pero casi sin pausa. Lo más duradero ha sido precisamente el último peldaño, pues han sido tres los años en los que el Covirán Granada ha estado en la categoría de bronce del baloncesto español. Eso sí, cada temporada se hacía un poco más. En la primera en la LEB Plata se planteó con el objetivo de que el recién ascendido se asentara, pero incluso se llegó a jugar el play off por el ascenso, aunque a las primeras de cambio Ávila cortó las ilusiones. El año pasado parecía que todo podía ser, más aún cuando los granadinos fueron campeones de invierno y tuvieron el factor cancha a favor en las eliminatorias de ascenso, pero fue un modesto conjunto vasco el que se cruzó en el camino.

a la tercera, la vencida

Sin contemplaciones. El propósito con el que se afrontó la campaña 2017/18 fue claro: ascender. Aunque a la temporada regular aún le queda una semana, ésta se puede calificar como de excepcional. El Covirán ha sido campeón de todo lo 'campeonable': invierno, Copa LEB Plata, título liguero y ascenso. ¿Se puede pedir más? El éxito es, sin duda, de los que han planificado la campaña a pesar de algunas dudas surgidas en momentos determinados, que se plantearon desde fuera. No pocos entonamos el mea culpa. Aunque la categoría se puede considerar 'menor', no es fácil salir de estos pozos (¡qué se lo digan al vecino rojiblanco!).

¿y ahora?

Además de celebraciones varias, merecidas todas, hay que saber escuchar el chupinazo que el sábado tronó en Pamplona. El manido "Granada quiere baloncesto" no deja de ser cierto por mucho que se repita. Hay afición y hay ganas. El proyecto sigue y todos esperamos que la LEB Oro no sea su techo. Pero esto ya será otra historia. Toca disfrutar del momento porque pronto hay que ponerse a trabajar para mantener viva la ilusión.

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