Joseph Blatter fue reelegido hasta 2015 como presidente de la FIFA, pero deberá hacer reformas "radicales" en la institución para devolverle la credibilidad perdida por los escándalos de corrupción.

Tras una votación secreta, el vicepresidente primero de la FIFA, el argentino Julio Grondona, anunció que el suizo de 75 años recibió el apoyo de 186 de las 206 federaciones con derecho a sufragio en el congreso celebrado ayer en el Hallenstadion de Zúrich. "Estoy emocionado, honrado. Pero es un nuevo desafío y lo acepto. ¡Vamos, vamos!", dijo a los delegados tras su victoria. Presionado por las duras acusaciones de corrupción que pesan sobre la FIFA, Blatter prometió tres grandes cambios en el organismo que dirige desde 1998: la elección de la sede del Mundial pasará del comité ejecutivo al congreso, la comisión ética de la FIFA se convertirá en un órgano "profesional e independiente" y, por último, se creará una especie de consejo de sabios que propondrá soluciones a los problemas por los que atraviesa el organismo.

La primera victoria de Blatter fue lograr que los 208 miembros de la FIFA participaran hoy en el congreso, pese a la amenaza de boicot de una parte de la Confederación Asiática como protesta por la suspensión de su presidente, Mohamed bin Hammam.

El qatarí anunció en marzo su intención de competir con Blatter por la jefatura de la FIFA, pero retiró su candidatura en la noche del sábado al domingo en medio de uno de los mayores escándalos de corrupción en los 107 años de historia de la FIFA. La comisión ética suspendió provisionalmente a Bin Hammam y al vicepresidente Jack Warner como sospechosos de comprar votos para el árabe entre dirigentes caribeños.