cOVIRÁN GRANADA | HLA ALICANTE

Bombardeados a triples

  • Los de Pablo Pin caen de nuevo en casa y pierden el average ante los de David Varela

  • El acierto desde más allá de 6,75, clave para la victoria de los alicantinos en el Palacio

Desde que el Covirán Granada está en LEB Plata, hay dos equipos con los que los duelos que ha tenido con ellos siempre tienen un punto más de interés y morbo. Uno es Morón. El otro es Alicante, que liderado por el veteranísimo Pedro Rivero, visitó ayer el Palacio de Deportes de donde se llevó la victoria y además el average particular que quien sabe si será definitivo.

Segundo contra tercero se medían con mucho en juego y el duelo no defraudó. Desde el inicio se pudo comprobar lo que ambos conjuntos se jugaban. Pero mientras que los locales se encomendaban al juego interior con Maodo Nguirane como referencia en la zona, los de David Varela empleaban los lanzamientos desde más allá de 6,75 para comenzar a abrir brecha en el marcador. Tres triples dieron las primeras ventajas en el electrónico a los alicantinos que, sin embargo, no pudieron frenar a Nguirane, autor de 8 de los primeros 11 puntos de su equipo. Pero las dos faltas cometidas en apenas seis minutos obligaron a Pin a sentarlo. Por su parte, los visitantes seguían a lo suyo, bombardeando a triples a su rival, terminando el primer cuarto con cinco anotados y un 55% de acierto. Las defensas alternativas planteadas desde el banquillo rojinegro comenzaron a dar sus frutos y con un parcial de 7-0 se volteó el marcador en el último minuto, pero dos tiros libres anotados de Kingseley permitieron a los alicantinos llegar al receso un punto arriba (18-19).

La reacción en el último cuarto maquilla un mal partido de los rojinegrosEl veterano Pedro Rivero y Álvaro Lobo se bastaron para derrotar a los de Pin

El duelo era muy intenso y prometía. Con constantes rotaciones, ambos conjuntos demostraron la profundidad de plantilla que poseen. Sin Nguirane en pista, Devin Wright tomó la responsabilidad en el segundo cuarto y con cinco puntos seguidos dio un respiro al Covirán (23-19), lo que hizo que David Varela parara el partido. Nacho Díaz tomó buena cuenta de las instrucciones de su técnico y volvió a poner por delante a su equipo con cinco puntos seguidos, triple incluido para variar, pero las alternancias en el electrónico eran la constante.

Sin embargo, de nuevo un parcial de 0-7 obligó al técnico granadino a frenar el partido a 6:01 con su equipo siete puntos abajo. En la previa pedía que no hubiera parciales de ese estilo pero los arreones con los que juega su equipo en ocasiones lo impiden. Y De Cobos lo demostró con dos triples seguidos más una nueva canasta de Maodo que acercaron a los rojinegros a dos puntos (33-35), solicitando Varela tiempo muerto a tres minutos del descanso. Y es que ninguno de los dos técnicos quería un mínimo atisbo de relajación en sus hombres. Era un choque muy táctico pero que estaba siendo decidido por el acierto en los triples de Alicante, que terminó la primera parte con un 11 de 17 desde más allá de 6,75, lo que explicaba la diferencia en el marcador al descanso (42-46). Casi un 65%, algo nada habitual en la categoría.

Estaba claro lo que había que corregir en el vestuario porque en el resto de facetas el Covirán estaba dominando. Pero la segunda mitad no arrancó como se había planteado y un parcial de 2-9 en apenas dos minutos y medio le dio la mayor renta hasta el momento a los visitantes, once arriba (44-55), lo que provocó un nuevo tiempo muerto local. Y fue a más con un nuevo triple de Álvaro Lobo. Y es que mientras que a los granadinos no les entraba ningún tiro exterior, los alicantinos seguían a lo suyo y además con un gran nivel defensivo, que fue lo que echó en falta ayer el cuadro de Pin pues en 27 minutos ya habían recibido los mismos puntos que suelen encajar de media por partido esta temporada. Atascados, había que buscar soluciones y ésta fue jugar con los dos center, Devin y Maodo.

Pero la tercera falta del senegalés, muy protestada por el público y Pin, terminó con una técnica al entrenador en una acción que concluyó con seis puntos para los visitantes que alcanzaron así su mayor diferencia, 19 abajo (48-67). Con ese margen y la sensación de que remontar era casi imposible ante el acierto de su rival, se llegó al último parcial pero el 3 de 14 en triples era un reflejo de la incapacidad para hacerlo. Todo lo contrario que Pedro Rivero, que cerró el tercer cuarto enchufándola desde su casa (53-71).

Dieciocho puntos abajo y diez minutos por delante para intentar un milagro que viendo el estado anímico de uno y otro conjunto era imposible que se produjera. A Alicante le bastaba con hacer las posesiones más largas y administrar su renta. Lobo, que cuajó una vez más un extraordinario partido ante los granadinos, dejó a su equipo 20 por delante en el electrónico con más de 8 minutos para el final.

La reacción, a base de defensa, llegó pero tarde. La casta de Wright y la aparición por fin de Alo Marín, acercó al Covirán en el marcador a cuatro puntos con 27 segundos por jugar, pero la diferencia con la que contaban los alicantinos fue suficiente para ganar el partido. Y eso que de tres ya no anotaban los visitantes, tampoco les hizo falta. Los metieron cuando más falta hacía.

Se perdió una gran oportunidad de asestar un duro golpe a los alicantinos, que le ganan de esta forma el average particular y se ponen por delante en la clasificación con La Roda como líder en solitario. Aún queda mucha competición y poco tiempo para lamentarse pues el domingo llega una final que puede marcar el futuro, pese a que ayer se dio un paso atrás.

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