Tenis l Roland Garros

Federer y su cita con la eternidad

  • Si gana hoy, el suizo igualaría la marca de 14 títulos de Grand Slam de Pete Sampras

La vida elige a veces un día en el que todo cambia, un día que define la existencia de una persona y la marca para siempre. La vida, traicionera, no siempre avisa, algo de lo que no podrá quejarse el suizo Roger Federer, puntualmente informado de su cita con la eternidad: domingo 7 de junio, tres de la tarde, París.

"No tengo miedo. Pero sí estoy entusiasmado, excitado, porque sé que estos momentos no se dan todos los días", confesó Federer de cara a la final ante el sueco Robin Soderling.

Una final que da vértigo, porque cada golpe irá cincelando el que podría ser el capítulo más importante de la historia del tenis, el que defina la pregunta del millón: ¿quién es el jugador más grande de todos los tiempos?

Un título en Roland Garros le haría ganar a Federer importantes puntos en ese partido con la historia. Por un lado, tendría su nombre inscrito en los cuatro grandes, un lujo que en más de un siglo sólo se dieron Bill Tilden, Fred Perry, Donald Budge, Rod Laver y Andre Agassi. Por el otro, igualaría la marca de 14 títulos de Grand Slam en manos de Pete Sampras.

"Estoy muy relajado. Jugué ya muchas finales de Grand Slam. Ya vi esto muchas veces", aseguró Federer en la noche del viernes tras el thriller de tres horas y media en el que venció a Juan Martín del Potro. Pero ayer cambió de idea. Entrenó en forma discreta en el torneo y anuló el contacto habitual con la prensa suiza en el día previo a una gran final. Durante la noche, quizás, terminó de darse cuenta de que la oportunidad es única, casi un regalo de los dioses del tenis.

Rafael Nadal, su némesis, el hombre que en los últimos años le fue minando la moral hasta quitarle el número uno en agosto y reducirlo a lágrimas tras la final del Abierto de Australia, no está. Eliminado por Soderling en octavos de final, el manacorí ya no es obstáculo y Federer lo tiene muy presente. "No, no lo extraño. Quizás ustedes sí, pero yo no", respondió cuando se le preguntó si desearía enfrentarse a Nadal en una nueva edición del clásico.

El partido puede relanzar anímicamente a un Federer en cierto declive en los últimos tiempos y sumar presión sobre un Nadal lesionado. A sus 27 años Federer sabe que está en un momento único. En las cuatro últimas temporadas demostró ser el mejor jugador sobre arcilla. Sólo Nadal es mejor que él allí. Hoy jugará su cuarta final de Roland Garros consciente de que nunca, jamás, alguien perdió cuatro finales en la arcilla del Bois de Boulogne.

Federer debe estar convencido de que Soderling -al que derrotó las nueve veces anteriores- no puede ser obstáculo. La historia golpea a la puerta de Roger Federer, y si no se abre, difícilmente sea por culpa de Robin Soderling.

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