Córdoba-granada

Gentileza de la casa (1-1)

  • El Granada CF le regala dos puntos al Córdoba en una acción desafortunada de Roberto, que propicia el 1-0. Una rigurosa roja a Siqueira deja al equipo con diez el último cuarto

El Granada CF ejerció de buen vecino y le regaló dos puntos al Córdoba, aunque, como ya advirtió Fabri durante la semana, los dividendos fueran mucho más necesarios para los rojiblancos que para un oponente que tiene ya la permanencia en el bolsillo y a nada aspira por arriba. No es la primera vez que ocurre que un fallo garrafal propio termina derivando en un resultado alejado de los méritos y potencial de uno y otro equipo. Da la sensación de que si Roberto no hubiera errado en la acción del 1-0, la victoria no se habría escapado. Pero el fútbol también se alimenta de los errores humanos y ayer el Granada se encontró con un par de ellos determinantes, el reseñado y el cometido por Sureda Cuenca, que pecó de riguroso cuando expulsó por doble amarilla a Siqueira. El Granada era el dueño del partido en ese momento, una segunda mitad en la que los locales se estaban viendo superados y ni se acercaban al área visitante. Pero con diez, ya la historia fue bien distinta.

El equipo de Fabri se vistió de hermanita de la caridad y lo pagó con creces, pues un mejor arranque de partido que su oponente no se tradujo más que en el 1-0 que presidió casi toda la primera parte. Hubo regalos en el área cordobesista nada más comenzar y, lo que es peor, también en la propia, lo que derivó en el gol de Pepe Díaz cuando el Córdoba todavía ni siquiera había inquietado a Roberto.

Y es que Geijo falló lo que nunca falla, salvo en esos días tontos, que también los tiene, en los que ve la portería como si fuera de hockey y al portero, parecido a Gulliver. Fue la primera del partido y también la más clara, en un córner que tocó de cabeza Mainz, quedándole el cuero a la testa de Geijo, quien remató al 'muñeco', rechazó Alberto García y, en segunda instancia, el ariete rojiblanco voleó a bocajarro, pero al aire. Ese fallo a los tres minutos pareció marcar el rendimiento del delantero, que fue superado en todo momento por los centrales y acabó siendo sustituido en la recta final pleno de impotencia.

Se notaba que el Córdoba le tenía mucho respeto a los rojiblancos. Los de Lucas Alcaraz se afanaron en vigilar muy de cerca a los hombres peligrosos. De Coz trabajó muy bien sobre Benítez, que apenas se le escapó, mientras que Orellana solo hizo algo de daño cuando se fue definitivamente al enganche y dejó la banda, ya en el segundo acto.

El Granada compareció con un ritmo alto y dominó el primer acto, logrando robar muy pronto el esférico y gozar así de la posesión. Perdonó Geijo nada más comenzar y tampoco estuvo fino Abel en el 13', cuando chutó fuera por poco. Fue la antesala del gol del Córdoba, regalado por el arquero rojiblanco cuando se confió demasiado para un desplazamiento en largo y Charles blocó el intento de pase, con la fortuna de que el cuero salió rebotado justo hacia donde entraba Pepe Díaz, que aprovechó sin dudarlo el regalo que le cayó del cielo.

Todas las buenas sensaciones que estaba dejando el equipo parecieron esfumarse en los siguientes minutos, cuando entró el telele y a punto estuvo de llegar otro desastre en forma de pifia. Siqueira se la jugó con un pase atrás que tuvo como destinatario... a ¡Callejón! quien habilitó a Charles para que definiera ante Roberto. Menos mal que llegó el salvavidas Nyom, porque de lo contrario el equipo rojiblanco habría salido en todos los resúmenes de la jornada como el pardillo de la semana.

El choque estaba muy peligroso y el Córdoba hacía daño a la contra. Tuvo que aparecer de nuevo Nyom para deshacer otro entuerto ante Pepe Díaz (30') y llegó además la primera amarilla a Siqueira, por una mano que fue, pero que no debió ir acompañada de la tarjeta. Y todo, en una jugada que se inició con un despeje defectuoso de Íñigo López, que quiso sumarse a la fiesta de los despropósitos.

Todo apuntaba a que el descanso llegaría con el 1-0 y hasta parecía que eso era lo mejor. Y fue entonces cuando se manifestó la acción del empate, propiciada por un centro potente al área de Benítez que, tras un par de rechaces de la zaga y el portero, le cayó a los pies a Orellana, quien solo tuvo que empujarla. Menos mal, porque ayer hasta eso se podía haber fallado.

La igualdad derivó tras el descanso en un paso atrás cordobesista y en los mejores minutos de los granadinos, que se adueñaron del partido y no concedieron ni una ocasión durante los 25 minutos que mantuvieron a sus once futbolistas.

En cambio, como bien explicó Lucas en la sala de prensa, el dominio rojiblanco no se tradujo en opciones claras, y sí en mucho toque horizontal en las inmediaciones del área o intentos personales, especialmente de Orellana, pero sin último pase en condiciones.

Cuando Siqueira se fue a la ducha el Córdoba se animó y lo intentó con los refrescos de Mané y Sesma, aunque ni siquiera rozó el gol. El Granada se defendió con orden y pudo anotar en un par de contras, pero ni Benítez ni Ighalo, que jugó los últimos minutos, atinaron.

- Ficha técnica:

1 - Córdoba: Alberto García; Fuentes, Richy, Tena, De Coz; Camille, Jorge Luque, Usero, Callejón (Alberto Aguilar, m. 84); Pepe Díaz (Mane, m. 61) y Charles (Jonathan Sesma, m. 73).

1 - Granada: Roberto; Nyom, Mainz, Íñigo López, Siqueira; Lucena (Juande, m. 46), Mikel Rico, Ábel Gómez (Carlos Calvo, m. 75), Orellana; Dani Benítez y Álex Geijo (Ighalo, m. 81).

Árbitro: Sureda Cuenca (balear), que expulsó al granadinista Siqueira por doble amarilla en el minuto 69; y además amonestó a los locales Usero, Alberto García y De Coz, y a los visitantes Íñigo López, Ighalo y Álex Geijo.

Goles: 1-0: minuto 14: Pepe Díaz. 1-1: minuto. 44: Orellana.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de liga, disputado en el Estadio Municipal Nuevo El Arcángel ante unos 7.500 espectadores, de ellos unos 1.200 granadinos.

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