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Historia de un pulso inexistente

  • El Barcelona se aleja del Real Madrid en una Liga en la que ambos muestran polos opuestos y versiones que sólo aclarará el clásico · El brillo del Atlético, a expensas de conocer cuál será su límite real

La Liga suele dejar pocos indicativos tras la disputa de sólo cuatro jornadas. Pero el contraste entre los dos grandes favoritos se ha consolidado tras cuatro encuentros de forma inesperada, con un Barcelona de números impecables y un Real Madrid lejos del equipo que la campaña pasada batió todos los registros de puntos y goles. Y siempre quedará espacio para la aparición de algún atrevido que pretenda retar a los grandes, casos de Atlético de Madrid, Sevilla o Valencia, que van consolidando sus apuestas con mejoras evidentes de sus versiones iniciales.

El proyecto de Mourinho no cumple con sus expectativas. Tras ganar la Copa del Rey en su primer año y llevarse la Liga en el segundo, podría ser comprensible que el portugués centre gran parte de sus esperanzas en la Liga de Campeones que hoy arranca. Pero nada justificará que el comienzo liguero se haya convertido en una tortura para el cuadro blanco, situado a ocho puntos de su gran rival y exponiendo sensaciones agridulces en cada ocasión en la que enseña sus armas.

El número teatral de Mourinho en Sevilla no corrige las carencias de su equipo, roto a nivel anímico y con la mirada en un futuro de dudas. Su gran rival, mientras, camina de la mano de los triunfos. Pese a las críticas a sistemas y piezas rotadas, Vilanova sale ileso de este arranque. Y lo hace corrigiendo elementos que antes parecían tener pocas vías de solución. Logra rotar a Messi cuando éste regresa de jugar un partido con el combinado argentino, recupera para la causa a un Cesc crecido con más movilidad en la zona central del ataque y resuelve sin contratiempos la ausencia de Iniesta por lesión. Su fiabilidad en la construcción de cada situación provoca que ni siquiera la lesión de Puyol preocupe en las próximas semanas.

El bando madridista piensa de forma diferente. Mourinho pide seis cambios en los encuentros de fútbol cuando en Sevilla, casualmente, decidió no dar descanso a ninguna de sus piezas titulares. El inminente primer clásico podría ser casi definitivo para esta Liga.

En la sombra se colocan los que optan a dar guerra a los grandes. El Atlético ya no sorprende pese a que decidió dormirse con media hora por delante en su compromiso ante el Rayo. Simeone encontró la tecla precisa para unir calidad y ambición en un proyecto que no parece tener freno, el mismo que no encuentran sus rivales para frenar a un Falcao que no necesita demasiado para marcar las diferencias.

Otro conjunto que refleja la valía de ejecutar bien los contragolpes es el Málaga. Manuel Pellegrini ha tirado de cantera encontrando grandes piezas aprovechables al tiempo que otros dieron un salto adelante en su compromiso. Es el caso de jugadores como Joaquín o Duda, convertidos en protagonistas sin la compañía de estrellas desaparecidas.

La mirada de reojo a la Liga de Campeones puede ser un freno a sus aspiraciones, pero el Málaga tratará de paliar sus deficiencias con la confianza de que sus últimas incorporaciones funcionen, como ya evidenció con el primer encuentro de Saviola.

Sevilla y Mallorca guían sus caminos cogidos de la mano. Sin conocer la derrota, ambos mejoran su receta inicial y consolidan sus intenciones: que la solidaridad táctica y el sacrificio caminen hacia una versión aún superior.

igualdad inicial

La tabla deja un escaparate de gran igualdad en este arranque liguero. Un margen de una victoria separa a los situados en la zona de privilegio respecto a aquellos que ya comienzan a estar cerca de la zona peligrosa. El Deportivo sigue invicto con una valentía inusual en sus propuestas, aunque con una eficacia irregular.

Granada, Espanyol y Osasuna siguen sin encontrar el camino del triunfo. Los de Pochettino se alejan del buen inicio de los dos pasados años, mientras el Zaragoza repite el mal arranque.

El castigo a la exagerada valentía del Rayo Vallecano también llegó. Eso sí, sus siete puntos en cuatro jornadas quizás inviten a que muchos equipos opten por arriesgar antes que especular.

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