El Interviú Fadesa alcanzó en Granada el póquer en la Copa Intercontinental de fútbol sala. Consiguió su cuarto título consecutivo después de demostrar que le tiene tomada la medida al Malwee brasileño, al que ha tenido siempre como enemigo en las finales que ha ganado. Esta vez, incluso lo superó con mayor claridad y obtuvo la diferencia más clara tras completar un partido muy serio y en el que decidió con su mayor pegada y su perfecta lectura del partido. Apenas dio concesiones a su rival, que tras el 4-0 tuvo que recurrir a emplear a Xande como portero-jugador.

La superioridad de la que denominan 'máquina verde' se pudo comprobar desde un principio. Llevó la iniciativa en el juego y asustó a su rival en sus acercamientos. El conjunto brasileño trató de contener con la presión y endureciendo el juego más de la cuenta. Eso le costó a Ari ver la tarjeta amarilla. Después de varios intentos llegó el primer gol de Gabriel. A partir de ese momento el Malwee asumió algo más de riesgo, aunque eso propició que los contraataques del equipo español resultaran mortales. Rogerio y Marquinho -con un disparo al larguero- dispusieron de dos magníficas oportunidades. El desconcierto atrás obligó a Ferreti a solicitar un tiempo muerto para tratar de frenar el poderío de su rival. Con una dura entrada de Falcao sobre Joan finalizó la primera parte.

El título se resolvió tras el descanso. Un gran jugada de contragolpe de Neto desencandenó en el segundo tanto de Gabriel. Este último firmó el 'hat trick' , algo que influyó para que fuera designado MVP del torneo. La final estaba ya casi sentenciada. El Malwee estaba contra las cuerdas y sin moral para creer en la remontada. Sus ataques fueron a la desesperada y varios de sus disparos se estrellaron en los palos de la portería de Luis Amado. Neto, en dos ocasiones, amplió la diferencia y Lenisio tuvo el honor de marcar el del honor.

El cuarto título intercontinental fue logrado de forma brillante. Los jugadores lo celebraron a lo grande en la pista y mantearon a José María García, el dueño del club, quien afirmó que se sentía la persona más feliz del mundo.