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La LEB Oro, a tiro de piedra

  • Sólo un triunfo separa al Covirán del ascenso tras su triunfo ante el Ávila y la derrota de La Roda

  • Buen juego colectivo con un gran Ferrán Torres

El Covirán podría estar a sólo 40 minutos del ascenso. Si la próxima semana gana en Pamplona, el equipo de Pablo Pin será de LEB Oro la próxima temporada. Y es que ayer se alinearon los planetas para dejar a la escuadra granadina en una situación que ni pintada, pues a su victoria ante el Ávila en un partido de los que hacen afición se unió, media hora después de finalizado el choque, la noticia de la derrota de La Roda ante el Albacete, encuentro que los jugadores y técnicos vivieron en el vestuario y cuyo resultado celebraron tanto o más que el que se produjo en el Palacio de Deportes. Y es que el Covirán hizo los deberes antes y tuvo doble premio.

Fue un encuentro en el que todos disfrutaron porque fue intenso, con dos equipos que no escatimaron esfuerzos y en el que hubo momentos de buen baloncesto. La ventaja local de 23 puntos al final de la contienda es engañosa, pues a falta de seis minutos y medio para la conclusión el Covirán sólo mandaba por seis puntos, pero un final increíble, con una retahíla de cuatro triples seguidos dispararon en los guarismos a los de Pin.

Muy pronto llegó el primer gran contratiempo para un Covirán que de salida recibió un adverso 0-5. Apenas habían transcurrido dos minutos cuando Wright se tuvo que sentar en el banquillo al ver su segunda personal. Y menos de dos minutos después fue su sustituto, un Nguirane que había sido fundamental para igualar el partido, quien siguió el mismo camino. Otro problema para los de Pin tuvo nombre propio, el de Guillermo Mulero, que en cinco minutos había anotado once de los 16 puntos de su equipo. El técnico local tuvo que parar el partido y dar entrada a Bortolussi y a Alo Marín. El Covirán volvió a pista con otros aires. Tras lograr los abulenses su máxima ventaja (12-17), los granadinos apretaron en defensa, cerraron bien el rebote y metieron velocidad a su ataque para anotar fácil bajo el aro. El resultado, un parcial de 9-0 con el que se dio la vuelta al marcador (21-17, 8'). Esta vez el técnico visitante fue el que pidió tiempo muerto. Una canasta cargada de fundamentos debajo del aro de Ferrán Torres puso colofón a un intenso primer cuarto: 23-20.

Y como terminó el primer acto comenzó el siguiente, con Ferrán Torres haciendo sangre en la zona abulense. El pívot catalán fue una pesadilla para el conjunto castellano hasta que fue sustituido por Wright a 6'42'' del descanso. Lo aprovechó el Ávila, con un Opong como principal estilete, para ponerse a sólo tres puntos cuando poco antes estaba a siete (32-29). A la amenaza respondió Carlos Corts con cinco puntos consecutivos para poner las cosas en su sitio (37-29, a 4'57'' para el intermendio). A pesar de que estuvo dos minutos y medio sin ver aro, el Covirán apenas dejó recortar a los de Ávila gracias su buen trabajo en defensa y la concentración en el rebote, una de las claves del choque. Y cuando volvió a poner en funcionamiento el marcador fue para cerrar el segundo acto con nueve puntos a favor: 42-33.

Un parcial de 9-0 fue la tarjeta que entregó el Covirán a sus invitados en la reanudación. Además, con puntos de todos los colores y desde todas las distancias que sirvieron para incrementar la diferencia hasta los 18 puntos (45-33). Tras el lógico tiempo muerto visitante, el Ávila reaccionó. Una bajada en la intensidad en el juego local, muy castigado por las faltas personales, tuvo como consecuencia que poco a poco la ventaja se fuera aminorando, pero sin bajar de los diez puntos. Un dato, cuando Bortolussi se tuvo que sentar al ver su tercera falta personal, el Covirán llevaba 16 mientras que sus contrincantes sólo habían visto seis. En los últimos minutos del tercer cuarto apareció Wright para meter el ataque de los granadinos en la zona del equipo de Sergio Jiménez. Esto abrió el campo para que Almazán anotara un triple muy oportuno.

Con quince puntos de ventaja el Covirán afrontó el último cuarto (66-51). No comenzó bien el cuarto periodo para los granadinos, que en un minuto y medio vieron como su ventaja se quedó por debajo de los diez puntos tras recibir un parcial adverso de 0-9. Pablo Pin paró el partido porque en un santiamén la diferencia se había reducido de 15 a siete puntos. Un triple de Berni García hizo sonar las alarmas (68-62, a 7'14'' para el final). En estos minutos sólo Wright respondía en ataque a las sucesivas canastas del Ávila. Los puntos del gallego fueron determinantes para mantener a raya a los visitantes. Un triple de Carlos de Cobos fue recibido como agua de mayo en el momento que había que afrontar los últimos cinco minutos (75-64). Pin volvió a tirar de su mejor hombre ayer y Ferrán Torres tardó segundos en incrementar su casillero de puntos. A la actuación del pívot se unió otro triple de De Cobos para sentenciar la contienda a falta de 3'14'' (81-66). Con el partido resuelto se soltaron las muñecas y llegaron dos triples más, firmados por el propio De Cobos y Bortolussi. Con la ventaja rondando los 20 puntos, los últimos minutos del encuentro fueron una fiesta. Pin premió a Ferrán Torres al sentarlo en el banquillo para que recibiera una ovación más que merecida. Almazán, con un triple y un tiro libre puso el marcador aún más bonito, pues se llegó al conclusión con la máxima diferencia de todo el encuentro: 23 puntos. Tras el bocinazo final, el encuentro tuvo su prolongación en La Roda. En el vestuario granadino apenas se movió nadie hasta que el jolgorio se apoderó de un vacío Palacio en el momento en que el Albecete echó una mano.

No se puede fallar. La semana que viene el Covirán lo tendrá todo a su favor. El chupinazo del ascenso debe explotar en unos días. A Pamplona hemos de ir.

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