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Marsá no se tiró al barro, ni Pina, ambos creen en la viabilidad del '74'

  • Los protagonistas del verano futbolístico lo siguen siendo en invierno, todo el mundo habla del equipo de moda en España

Todo el mundo habla del Granada 74, y no sólo en nuestra ciudad o provincia. El hecho de haber sido pioneros en un traslado de plaza deportiva en el marco del fútbol profesional, la inigualable figura de su dueño, Carlos Marsá, la negativa del consistorio de la capital de dejarle la instalación municipal de Los Cármenes, el creciente apoyo social y las simpatías que está logrando el proyecto rojillo y, sobre todo, el buen momento deportivo por el que atraviesa la entidad, a tiro de piedra de las plazas de ascenso a Primera, convierten su presente en un explosivo cóctel de actualidad y su futuro en una incógnita que sus dirigentes actuales parecen tener totalmente despejada. "Voy a tener capacidad económica seguro. No yo, sino la ciudad, porque este es un proyecto para Granada. Incluso los que ahora no nos quieren se van a subir al proyecto, y nosotros los dejaremos", afirmó Carlos Marsá en el programa Granada Debate emitido ayer por Localia con la colaboración de este diario. Pina, actual empleado y ex dueño del germen del club, el Ciudad de Murcia, fue más allá: "Tengo una espina clavada, el ascenso a Primera, y sé que lo vamos a conseguir. Si no el próximo año, el siguiente. He acertado viniendo a Granada".

Todo empezó cuando Marsá y Pina firmaron un acuerdo inédito hasta entonces en el fútbol profesional mundial. "Tuvimos unos rivales muy poderosos, pero también unos aliados fuertes. Fue una batalla de envergadura, nos quisieron echar de España primero, luego de Europa y finalmente del mundo. Pero siempre estuve convencido de que íbamos a ganar", arguyó Marsá sobre los problemas que pusieron la Federación Española, la UEFA y la FIFA.

"Lo pasamos muy mal, tanto nosotros como nuestras familias. Fue una vergüenza lo que tuvimos que sufrir, pero afortunadamente todo ha pasado y ahora está todo bien", relató Miguel Falcón, el capitán del equipo, un futbolista que lleva varios años junto a Quique Pina. "Yo siempre le estaré muy agradecido a Quique por su trato, y como yo todos los compañeros. Cuando conocimos a Marsá comprendimos que había un gran proyecto, y por eso seguimos apostando por él".

Sin duda, el principal escollo que ha encontrado el club ha sido el de no poder jugar en Los Cármenes. "No lo entiende nadie. Es de las pocas veces en mi vida que he visto unanimidad en la calle y enlos medios de comunicación. El futuro que espera está claro, el que no cumple la ley ya sabe lo que le espera", indicó Marsá muy seguro de que la justicia le dará la razón.

Carlos María Rodríguez, entrenador de fútbol en activo, afirmó que "el club tiene una gran repercusión para todos. Todos salimos beneficiados", mientras que Juan Prieto, uno de los moderadores junto a Enrique Árbol, rompió una lanza en favor de Carlos Marsá y de Pina, de quien dijo que "aquí no hay demonios con cuernos, son personas que quieren sacar adelante su proyecto con honradez y que tienen derecho a desarrollarlo en Granada". El futuro está ahí al lado.

El Granada 74. Es presente, ¿tiene futuro?

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