Francia-España

Mbappe exhibe descaro en su bautismo

  • El jugador francés fue franco sobre su intérés por el Real Madrid: "El Madrid es para jugadores en la cima y yo aún no lo estoy".

Mbappé ante Carvajal en el Francia-España

Mbappé ante Carvajal en el Francia-España / Efe

Desde comienzos de año no hay conversación futbolera en Francia en la que no aparezca el nombre de Kylian Mbappe, pero la presión de ser la nueva promesa gala parece no hacer mella en este joven, que anoche frente a España, en su gran bautismo con los bleus, exhibió el descaro que acompaña a los elegidos.

Aunque ya el pasado sábado pudo disfrutar de una decena de minutos ante la débil Luxemburgo, al delantero del Mónaco le llegó su oportunidad dorada ante la misma selección con la que se inauguró el Estadio de Francia en Saint-Denis. Aquel día de enero de 1998, Mbappe ni siquiera había nacido.

El jugador es consciente de que cada movimiento suyo ya es analizado con lupa. Más aun por quienes ya le han puesto precio -hasta 120 millones de euros se dice en la prensa francesa- y por quienes se frotan las manos pensando en el mercado de verano.

Sin embargo, en cada aparición sobre el verde ofrece un resumen del manual del delantero moderno: cuando encara de frente, esconde bien por dónde va a desbordar; de espaldas, descarga fácil y busca rápido el desmarque; en el remate, toca de primeras con muy mala uva; en el área, planea bajo el radar; y su zancada es de tranco largo.

Tardó solo cinco minutos en demostrar por qué tiene a media Europa hablando de él. En una buena jugada de Francia, que salió enchufada para ir perdiendo fuelle sobre la marcha, Griezmann habilitó a Kurzawa y el centro de este al corazón del área fue rematado a un toque por Mbappe.

Sólo el paradón de David de Gea evitó que el delantero monegasco tuviese el estreno soñado ante su público. Pese a que los franceses jugaron muy encerrados en su campo durante la primera mitad, no paró de buscarle las cosquillas a un inseguro Sergio Ramos, a quien midió en varias carreras.

Se le nota a Mbappe cómodo en la pradera, con espacios para correr y abordando a los defensores con el balón controlado de frente. En el minuto 65, cuando el partido todavía iba empatado a cero, Deschamps puso fin al partido de un muy aplaudido Mbappe, que fue sustituido por Olivier Giroud, con quien previsiblemente peleará en un futuro por una plaza en la delantera de los "bleus".

Antes de irse, todavía gozó de una última ocasión en el área española, aunque su tiro se fue muy desviado, presa ya del cansancio por el esfuerzo realizado. Así, se quedó sin un nuevo récord este hombre que ya está batiendo plusmarcas con la elástica francesa, como el de ser el más joven en jugar con ella, en el partido ante Luxemburgo, desde que en 1955 Maryan Wisnieski lo hiciese con 18 años, dos meses y dos días.

En la Liga francesa, también ha deslumbrado por su precocidad, al convertirse en el segundo jugador más joven en marcar en la máxima competición gala, con 18 años y dos meses, tras Karim Benzema, que lo hizo en 2005 con 17 años y 11 meses.

Los focos anoche en Saint Denis se los llevó él, Mbappé (con permiso de Deulofeu y del videoarbitraje). El otro debutante que partió en el once titular junto a él, el centrocampista del Olympique de Lyon Corentin Tolisso, pasó casi inadvertido, más ocupado en correr detrás del balón que en pensar qué hacer con él cuando lo tenía.

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