Michael Bradley se incorporó al CB Granada con la misión de dar algo de sentido a un juego interior que hacía aguas. Pero el estadounidense lleva ya cuatro partidos a las órdenes de Valdeolmillos y, en este tiempo, no ha colaborado en dar consistencia en las cercanías del aro. De momento no se ha acoplado al equipo, tanto que el técnico optó ayer por situar a Rafa Vidaurreta como titular. El madrileño tiene que alucinar en colores, pues ha pasado de contar un partido sí y otro no, a ser una pieza indispensable.

Lo preocupante es que los partidos pasan y el hipotético refuerzo sólo refuerza la idea de que apenas se ha avanzado con su fichaje. Ante el Fuenlabrada, nada de nada, ni siquiera actitud.

En el encuentro en el se jugaba dejar de lado la lucha por la permanencia en la ACB, el extracomunitario Bradley no disputó ni diez minutos, en los que engordó sus estadísticas en tres puntos y otros tantos rebotes (capturaron más rechaces Gianella, Page, Vidaurreta y Pecile).

Las estadísticas acumuladas del jugador contemplan unas medias de 17 minutos, 3,8 puntos y 2,5 rebotes por encuentro. Estos números no invitan a nada, salvo a pensar que el club estará removiendo el mercador en busca de un pívot de garantía con el que afrontar un final de temporada que se ha complicado en demasía para el CB Granada. Ya no hay margen de error, ni dentro ni fuera de la cancha.