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'Only for you' y el virus

  • La plantilla nazarí celebra por todo lo alto el ascenso

Eran las 21:38 horas del sábado y quedaban 58 segundos para el final. Alejandro Bortolussi llevó la locura a la grada con un triple desde la esquina que cayó como agua de mayo, pero Arturo Cruz contestó con la misma moneda. El Covirán Granada tenía que anotar y Eloy Almazán lo hizo desde más allá de la línea de 6,75 metros. El argentino fue el héroe de los últimos segundos al recuperar un balón y recibir una falta antideportiva que sentenció el partido, el campeonato y el ascenso para los pupilos de Pablo Pin. Un minuto de locura que le dio sentido al trayecto que separa Granada de Pamplona y que la plantilla realizó en 11 horas, igual que la celebración posterior y un viaje de vuelta que concluyó ayer a las 15:00.

Lunes, martes, miércoles, jueves y así hasta que el Covirán Granada se montó en el autobús camino a Pamplona el pasado viernes. Lo hizo sumergido en el temor instalado por el posible virus que arrastraba el becario Antonio. La enfermedad sobrevoló el autobús, aunque se quedó en un susto y todos los jugadores sobrevivieron. Al menos de momento.

La expedición rojinegra llegó a su destino a las 19:00 a los mandos de Manolo, un conductor que ha recorrido todos los rincones de la LEB Plata con el equipo y al que se le conoce cariñosamente como Paco Jémez por su parecido con el técnico. Él también tiene camiseta del ascenso y él también aparece en la foto final porque él es el que ha conducido el sueño de la LEB Oro desde dentro de un autobús.

Antes de la cena y de volver había que pasar por la ducha. Y no se libró nadie. Desde Óscar Fernández-Arenas y Pablo Pin hasta la voz del Palacio, Noelia Gómez, o un servidor. Incluso hubo un conato de incendio cuando algunos atrevidos intentaron arrastrar hacia el agua a la prensa desplazada para la ocasión, que aguantó la presión.

El autobús, que es la casa del Covirán cada dos semanas, sufrió de lo lindo en el viaje de regreso a la ciudad de la Alhambra. Cuando la fiesta estaba llegando a su momento más álgido allí apareció Manolo para recoger a sus niños y llevarlos de vuelta a Granada. Pero claro, los jugadores se resistieron y en su camino hacia el medio de transporte intentaron obtener algo más de compañía. De hecho, en el viaje de vuelta también vino el característico cono de una obra, más comúnmente conocido como Arbeloa.

El regreso a Granada todavía se retrasó más, ya que un chico sudamericano decidió apuntarse a la fiesta. Fermín, como se le bautizó rápidamente, animó el cotarro con flexiones, bailes y hasta un manteo alentado por un only for you. De hecho, solo la estelar actuación del entrenador ayudante y delegado Arturo Ruiz -que hizo de portero de discoteca- impidió que se subiera al autobús ante el clamor del respetable.

Una vez a bordo la fiesta pasó por diferentes lugares, aunque se instaló en la parte delantera en la que se sitúa el cuerpo técnico. Carlos de Cobos, Alejandro Bortolussi y Alo Marín fueron los principales animadores junto al fisioterapeuta Alberto Cuello, que aguantó hasta que sus ojos vencieron su particular duelo por mantenerle despierto. El que seguro que no iba a dormir era Manolo.

Y claro, el club había anunciado en sus respectivas redes sociales que la hora prevista de llegada era a las 15:00, pero Manolo le recortó tiempo al cronómetro como hacía Fernando Alonso en otra época. Por eso, el equipo tuvo que hacer una parada imprevista de 15 minutos para llegar a la hora establecida. Es decir, no conformes con las 22 horas de autobús entre ida y vuelta, se realizó una parada para llegar más tarde. Pero todo mereció la pena.

La Fundación CB Granada ha devuelto el baloncesto de la ciudad al lugar del que salió hace siete años, la LEB Oro. Desde el 14 de abril de 2018 Pamplona también será inolvidable para los aficionados al balón naranja, igual que Baza y Albacete, lugares de los anteriores ascensos.

Hubo más de un centenar de granadinos que se cruzaron España para arropar al equipo en Pamplona y otro centenar que a las tres de la tarde de un domingo se citó en la explanada del Palacio de Deportes y cortó la circulación para recibir a sus héroes. Unos jugadores que ya han escrito su nombre con letras de oro en la historia, como Pablo Pin.

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