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París, una ciudad blindada

  • La final estuvo controlada al milímetro por la UEFA y las fuerzas de seguridad francesas ante la amenaza terrorista Hubo menos ambiente de lo esperado en los alrededores del estadio

Con más Policía que de costumbre y menos ambiente de lo que cabría esperar en el Estadio de Francia, las pletinas de David Guetta sirvieron de aperitivo a los 81.000 espectadores congregados para seguir en vivo la final de la Eurocopa entre el Portugal y Francia a las afueras de París.

La gran fiesta del fútbol europeo, controlada al milímetro por la UEFA y las autoridades francesas ante la amenaza terrorista que pesa sobre el torneo, fue menos apoteósica de lo se ha visto en partidos de selecciones pequeñas, como Irlanda del Norte, Islandia o Irlanda, que dejaron el listón muy alto. Prueba de ello es que franceses y lusos se apropiaron del grito gutural con palmadas con el que los islandeses animaban a sus vikingos.

La timorata atmósfera se explica, en parte, porque el público local llegó como un goteo al estadio, en lugar de como una marea como ha ocurrido con hinchadas foráneas, que suelen concentrarse para acudir en masa al partido.

Tres cuartas partes de lo mismo ocurrió con los aficionados lusos pues París está considerada como la tercera ciudad con más población portuguesa, por detrás de Lisboa y Oporto. Pero también limitó la explosión de júbilo los obligados controles de seguridad, reforzados en el último partido de la Eurocopa con 1.300 policías sólo en el recinto y sus aledaños, y 6.800 agentes desplegados en el resto de la ciudad.

Aunque no faltaron disfraces estrambóticos, banderas gigantes y pelucas estridentes en el estadio, la fiesta se trasladó a los pies de la Torre Eiffel, donde está instalada la zona de hinchas. Y antes del partido, la alegría inundó los Campos Elíseos en un día en que en Francia se respiraba el fútbol. Sirva de ejemplo que hasta los presentadores de la cadena gala de información 24 horas BFM TV trabajaron el día de la final enfundados en la elástica bleu, incluido el hombre del tiempo.

Durante el calentamiento, mientras que las polillas que acompañan al verano parisino asediaban a Cristiano Ronaldo, visiblemente contrariado, los franceses demostraron ser una abrumadora mayoría. El DJ francés David Guetta y la cantante sueca Zara Larsson, acompañados por 480 bailarines, 250 músicos y un mosaico gigante en las gradas del estadio, animaron los preliminares del encuentro para dar paso a los himnos. Los franceses, de nuevo, recordaron que jugaban en casa al entonar a capela La Marsellesa. Todo ello aderezado en la distancia con un mensaje de uno de los grandes ausentes del partido, Karim Benzema, apartado de la selección por sus problemas judiciales. "Todos con los bleus esta noche. ¡Vamos chicos!", lanzó Benzema en Twitter poco antes del inicio de uno de los duelos más blindados de esta Eurocopa.

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