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Perdón mutuo

  • Granada B y San Fernando firman tablas sin goles en un encuentro que puede caer del lado de cualquiera y en el que ambos equipos dispusieron de ocasiones claras

  • Aarón vuelve al once y Carri falla una pena máxima

Como en los divorcios amistosos, el Granada B y el San Fernando se perdonaron mutuamente. Sin rencor alguno, sin reproches, con madurez y quedando como muy buenos amigos. Se entregaron al máximo y lo dieron todo, pero nadie pudo llevarse el gato al agua en una cálida mañana de fútbol en la Ciudad Deportiva. A la luz del resultado, empate sin goles, cualquiera podría pensar que el encuentro fue un tostón; pero lo cierto es que resultó bastante entretenido. Una parte para cada equipo, aunque los gaditanos fueron más incisivos en la primera que los rojiblancos en la segunda. Eso sí, unos y otros lucharon de poder a poder. En el caso local con el objetivo de regresar a la senda del triunfo. En el de los azulinos, para prolongar el excelente estado de forma que atraviesan. Y por perdonar, los de la Isla de León perdonaron hasta un error clamoroso del juez de la contienda que casi le cuesta caro a los de Pedro Morilla.

Un desastroso Campos Salinas apreció penalti de Fran Serrano por una carga completamente normal en el juego de contacto y Carri -probablemente el futbolista más decisivo de su equipo, y no sólo por encabezar su tabla de goleadores- lo mandó alto. Así estaba el patio. Pocos podían imaginar que el San Fernando aterrizaría en la Ciudad Deportiva con todo el descaro y el arrojo del mundo. José Pérez no especuló en ningún momento y desde el primer minuto apostó por salir a pecho descubierto. El plan trazaba sus líneas maestras en el músculo defensivo. La zaga isleña fue férrea y muy consistente los noventa minutos, transmitiendo seguridad al resto.

Y desde ahí construyó un San Fernando que fue solidario en la presión en campo contrario y autoritario a la hora de obligar al filial a mover rápido el esférico. Como consecuencia de ello, el 'B' anduvo cortocircuitado en ataque en la primera mitad. Sólo algún desborde fugaz de los hombres de banda inquietó mínimamente la contumaz retaguardia formada por Gabi Ramos, Nano Cavilla, Zamora y Lolo Guerrero. Los rojiblancos aparecían por la zona de tres cuartos pero apenas amenazaban de manera real el arco defendido por David Ramírez. Los visitantes, por su parte, forzaban con la presión el error de su adversario. Así sucedió en el minuto 17, cuando un envío muy largo de un rodeado Isi a punto estuvo de convertirse en el golazo en propia meta de la temporada. Lo evitó Aarón Escandell. Antes, eso sí, Nacho Buil lo intentó desde media distancia con un disparo manso a las manos de Ramírez.

Pedro Morilla introdujo algunos cambios respecto al once que jugó en Marbella. El sevillano aseguraría después en rueda de prensa que nada tuvo que ver el descalabro en el Municipal, aunque bien es cierto que sorprendió la ausencia, por ejemplo, de Casi; quien vio el partido desde la grada junto al técnico del primer equipo, José Luis Oltra. La revolución llegó sobre todo en el centro del campo, con la presencia de Nacho Buil y Juancho en lugar de Morillo y Estrada; más del gusto del técnico en los últimos compromisos ligueros. También volvió a la titularidad el cancerbero Aarón Escandell, que salvó al filial con un paradón a una mano abajo tras remate portentoso de Óscar Martín. El valenciano también tuvo algún momento de duda pero, en general, cuajó un gran partido. Con él y con Lejárraga, la meta del Granada B está segura. También el fondo de armario en la del primer equipo.

Al filial le inundaba un extraño sentimiento de frustración generado por la omnipresencia de jugadores como Pau Franch, Lolo Guerrero o el incombustible y veterano de mil batallas Pedro Ríos. Los granadinistas necesitaban un punto de inflexión para crecer en el encuentro y el descanso parecía la mejor de las soluciones ante un San Fernando resignado a limitar su presencia en Granada a hacer acto de presencia, tomar el sol y firmar el acta. Se suele decir que los estados de ánimo intervienen de manera sustancial en el juego de un equipo, y el conjunto azulino fue una buena muestra de ello en los primeros cuarenta y cinco minutos.

El panorama, sin embargo, iba a cambiar tras el intermedio. El filial salió fresco, con iniciativa y dispuesto a hacer valer su vitola de favorito sobre el tapete de la Ciudad Deportiva. Al cuarto de hora de la reanudación, la tuvo nuevamente Nacho Buil. El centrocampista se quedó sólo perfilado en el vértice derecho del área. Tuvo tiempo de controlar y avanzar para facilitar la labor de disparo, pero se precipitó e, incomprensiblemente, mandó el esférico desviado cuando lo más fácil era alojarlo en la portería. Un minuto después llegó el despropósito del colegiado murciano. Carri hizo buena aquella máxima de "penalti que no era, penalti fallado" y respiró la grada.

Morilla rescató del banquillo a Estrada y al tándem brasileño Jean Carlos-Caio Emerson. Ninguno consiguió desequilibrar la balanza pero ambos generaron mucho desequilibrio. De las botas del segundo nació la que pudo ser la acción del triunfo local. Empero, su pase de la muerte tras galopada no encontró verdugo. Al final hubo reparto de bienes.

Aarón HH

Antonio Marín H

Adri H

Fran Serrano HH

Héctor HH

Andrés García H

Pablo González l

Jean Carlos, 68' HH

Nacho Buil l

Caio, 78' HH

David Grande l

Isi l

Estrada, 68' H

Juancho HH

Ramírez H

Gabi Ramos HH

Nano Cavilla HH

Zamora HH

Lolo Guerrero HH

Raúl Palma H

Pedro Ríos HH

Galindo l

Bruno, 81' s.c.

Pau Franch HH

Bubacar, 75' HH

Carri l

Óscar Martín l

Romero, 70' l

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