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Rencillas y malos trencillas

  • La actuación de Caballero Herreros sumió en la indignación a la familia del '74', que no mereció perder ante la Real Sociedad; Granada CF y Baza acaban por nublar un domingo que se presentaba precioso

Los árbitros tienen demasiado poder y cada vez lo pienso con más firmeza. No puede ser que todo el desarrollo de un partido con tantas cosas en juego, aunque sólo sean tres puntos, dependa del arbitrio o el capricho, nunca mejor dicho, de aquel al que coloca el Sánchez Arminio de turno. Hay demasiadas conexiones como para no sospechar. El '74' es un club manifiestamente incómodo para los gerifaltes del fútbol español. Villar, que ha dicho públicamente que confía en que la Real Sociedad vuelva a Primera, no puede ni ver a aquel, Marsá, que lo puso en ridículo este verano delante de todo aquel que quiso mirar. Las tropelías de Sánchez Arminio también las conocemos de este verano pasado. Él mismo llamó a aquel árbitro cordobés para que ni se le ocurriera presentarse a pitar a los proscritos en Linares, o su carrera arbitral estaba condenada al deshaucio. Con tipejos de esta calaña es fácil entender cualquier tropelía. Sólo tienen que buscar entre el ramillete de trencillas a aquel más manejable, a ese que tiene que estarle agradecido a sus jefes por cualquier asunto o al que simplemente saben que va a captar el mensaje sin necesidad ni de comunicárselo, para garantizarse un trabajo limpio y que parezca un accidente. El problema es que suelen ser tan torpes que se nota a la legua, como el domingo en Motril. Yo, que siempre he creído que las conspiraciones no tenían cabida en algo tan bonito y aparentemente sano como el fútbol, me he convertido en un escéptico empedernido. Ahora entiendo por qué alguien como Pedro González Segura lo dejó antes de cumplir los 30, con una brillante carrera por delante. Era demasiado buena persona. Nadie como él interpreta lo que pasó en el Escribano.

l CANTA DEMASIADO

Yo siempre defiendo que un árbitro se puede equivocar en una jugada de trascendencia como un penalti o una expulsión. Si no fuera así, serían robots. Hasta puede tener una mala tarde y no dar pie con bola, en cuyo caso seguro que perjudica a ambos equipos, y ambos acaban descontentos con su mediación. Pero cuando un trencilla va a por un equipo se le nota demasiado, pues durante un partido que dura 90 minutos son muchas las decisiones que ha de tomar, y si todas van en una misma dirección, si una misma falta es tarjeta para un equipo y para otro no... Eso canta demasiado. Que se lo digan a Aranda, al que machacaron impunemente a patadas y agarrones. Sin embargo, casi todas las faltas fueron suyas...

l SE VEÍA VENIR

Por cierto, que en el '74' se esperaban algo así antes o después, que saben dónde están y cómo se las gastan los que mandan. Pero no por eso están menos indignados.

l LAS NOTAS, EN VERANO

Por su parte, el Granada CF, que ya ha conocido esta temporada algún arbitraje lamentable, continúa con su particular racha ante los equipos de la zona alta, a los que no le gana, pero tampoco pierde. Es tal la igualdad en el grupo IV esta temporada que en un mismo partido un equipo se puede encaramar al liderato si lo gana o quedarse fuera de los cuatro primeros si lo pierde. El equipo rojiblanco se quedó en empate ante el filial del Betis y se agarra con fuerza a la zona de promoción quedando de momento cuarto. Las notas, en cualquier caso, no se reparten ahora.

l ¿Y SI FUERA EL '74'?

Por cierto, se quejan amargamente algunos empleados del Granada CF de que otros empleados del PMD no los tratan como se supone que los deben tratar en el marco de las excelentes (excelentísimas, diría yo) relaciones entre el club histórico y el consistorio de la capital. Y digo yo. ¿Cómo tratarían entonces al proscrito Granada 74 en el caso de que los políticos hubieran hecho bien su trabajo y le hubieran permitido jugar allí? No, si al final va a ser bueno lo de ir a Motril cada 15 días...

l PARA LLORAR

¡Cuidado, cuidado! Un equipo (el Baza) que no gana en casa tiene ante sí un panorama de color castaño oscuro. Y no solo por los puntos que se escapan, sino también porque la afición se aburre, se desespera y cuanto menos, se olvida de que hay un equipo que le representa. Es cierto que en estos momentos es cuando más se tiene que notar la masa de amantes del fútbol, pero no es menos cierto que eso es pura teoría, y que la práctica indica que la retirada de público en las gradas es directamente proporcional a las derrotas del equipo. Si a esto añadimos el frío polar, la recogida de aceituna, las matanzas del guarro, y también que había que 'retratarse' para ver el partido, pues el resultado es la peor entrada de la Liga y un cargo en taquilla de cuatro mil euros en día declarado como media jornada económica. Para llorar, vamos.

l UNA SOLUCIÓN YA

¿Y cómo se soluciona el grave problema?, porque de lo que no cabe duda es que o se soluciona o se desciende. Pues no se sabe bien. Urbano Ortega en la rueda de prensa después del partido, marcó como solución seguir trabajando sin descanso, y la verdad es que no le falta razón. También apuntó que además de seguir trabajando se está buscando un delantero en el mercado de invierno, pero que es un puesto requerido y buscado por todos, y que ahora mismo -salvo que se pongan muchos euros encima de la mesa- el Baza no está bien posicionado para que un buen delantero firme para vestir la camiseta rojiblanca.

l SI NO SE ENSAYA BIEN...

Y por si falta algo, de nuevo saltaron a la palestra las dificultades que está encontrando el equipo para realizar su trabajo diario en las mejores condiciones en cuanto al césped. Dijo Urbano que no sirve de excusa para suavizar las derrotas en casa, pero que es necesario que se pueda utilizar el Constantino Navarro para entrenamientos, habida cuenta de que la superficie de las pistas de atletismo está impracticable.

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