Deportes

Resacón en el Palacio

  • El conjunto de Pablo Pin cosecha su peor derrota de la temporada en un día repleto de celebraciones

  • El filial vasco domina en todo momento

Alo Marín, que únicamente anotó dos puntos, intenta una bandeja ante Miguel González

Alo Marín, que únicamente anotó dos puntos, intenta una bandeja ante Miguel González / reportaje gráfico: álex cámara

El de ayer era un choque para disfrutar, para relajarse y vivir sin la tensión del resultado una fiesta del baloncesto granadino. Con el ascenso conseguido y el título de campeón en su poder, el Palacio de Deportes echó ayer el telón en la presente temporada con la derrota más amplia del Covirán Granada en todo el curso ante el Baskonia en un partido en el que los hombres de Pablo Pin jugaron demasiado relajados. La calidad del segundo equipo de la entidad vitoriana sorprendió a más de uno pero era lo de menos pues desde el club se había organizado el duelo como una fiesta y así fue pese a la derrota.

Arrancaron el choque los rojinegros encajando un parcial de 0-11 fruto del acierto exterior de los vascos, en especial de Kristaps Gluditis (autor de tres triples consecutivos) y la relajación de los locales para enfado de Pin, que apenas tardó tres minutos en parar el choque ante la caraja de sus jugadores en defensa. El peor arranque de partido de la temporada que aumentó a un 0-16 con un nuevo lanzamiento desde más allá de 6,75 del letón que rompió Devin Wright con un mate. Más de cuatro minutos sin anotar que condicionó el choque ante una grada que acudió al Palacio a divertirse aunque su equipo perdiera pues el objetivo ya estaba conseguido. Y así lo hizo. Mientras, Gluditis seguía a lo suyo y con 19 puntos en el primer cuarto, lanzó a su equipo en el electrónico ante un dormido Covirán que reaccionó con un parcial de 12-2 que lo acercó a ocho puntos a 2:21 del final del primer acto, momento en el que Jon Txakartegi decidió pedir tiempo muerto. El campeón había despertado del letargo pero duró poco pues los primeros diez minutos se cerraron con 34 puntos encajados, un borrón en el expediente defensivo de un equipo que si por algo se ha caracterizado durante el curso ha sido por su trabajo en cancha trasera.

El desaguisado de la puesta en escena, 18 puntos abajo, había que arreglarlo mostrando los aspectos que han llevado al cuadro de Pin a ascender, que no era otra que cerrando el rebote y 'bajar el culo'. Mientras la grada coreaba el ¡campeones, campeones!, charanga incluida pese a que su equipo se mostraba incapaz de frenar el caudal ofensivo de Baskonia, únicamente Bortolussi era capaz de asumir responsabilidad en ataque. Estaba claro que la resaca de Pamplona pesó y mucho pues en poco más de 13 minutos de partido los rojinegros encajaron 40 puntos, 50 al descanso, algo poco habitual para cabreo, como no podía ser de otra manera, del banquillo granadino. Sin Gluditis en pista, el filial vasco no tuvo tanta fluidez en ataque pero tras acercarse a once, los de Txakartegi no permitieron al Covirán bajar de los diez puntos. Errores clamorosos, bandejas que no tocaron ni aro y lanzamientos muy desviados fue el catálogo de recursos ofensivos de los rojinegros en un primer tiempo para olvidar que cerró Rodney Williams con un mate sobre la bocina (36-50).

Estaba claro que peor no se podía hacer. Había por delante 20 minutos para arreglar la primera mitad y tirar de orgullo, ese que ha hecho al Covirán sacar durante la temporada varios encuentros adelante cuando no se confiaba en el bloque rojinegro. Algo más fluidos se mostraron los locales tras el receso pero cuando se acercaban en el marcador, el tiro exterior de Baskonia le bastaba para mantener su renta. Un robo de Devin Wright que culminó el propio pívot lucense con un mate permitió al Covirán bajar de la barrera de los diez puntos (48-56) a 4:26 del final del tercer cuarto. Se esperaba que fuera un punto de inflexión. La afición se volvió a enchufar al choque y el nivel defensivo aumentó aunque el acierto en el tiro exterior seguía siendo el mismo esto es, muy escaso. Pese a su juventud, Baskonia no se puso nervioso y liderado por Williams y Sander Raieste volvió a distanciarse en el electrónico. La envergadura visitante hacía mucho daño en la zona y sin acierto por fuera, el choque se complicaba por momentos. Una técnica al banquillo elevó a 19 la renta visitante al final del tercer periodo aunque la afición seguía a lo suyo, disfrutando y cantando. Poco importaba la derrota ya aunque alguna decisión arbitral caldeó el ambiente.

Con 50-69 se llegó al último cuarto de la temporada. Cuatro puntos seguidos de Maodo y Manu hicieron albergar esperanzas de remontar pero con el escaso 17% en tiros de tres era imposible lograrlo. Mulaomerovic y Macura incomodaban los lanzamientos en la pintura por lo que únicamente cabía correr para sorprender a Baskonia. Algo que no sucedió tampoco dado que el rebote era también dominado por los vascos. En esas, la distancia se fue agrandando llegando a ganar los de Txakartegi por 26 (56-82). Y eso con la ola en el Palacio de Deportes. Y es que la victoria era lo de menos aunque a Pin le dolió pero no como otras de la temporada pues con un ascenso en el bolsillo todo sabe mejor. Fue un borrón a una buena temporada que ha devuelto a Granada a una categoría digna.

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