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Romario y Bebeto saltan al terreno de la política

  • Los delanteros de la selección campeona en el Mundial de Estados Unidos se presentan como diputado federal y regional, respectivamente.

Romario y Bebeto, goleadores de la selección brasileña de fútbol que se coronó campeona en el Mundial de 1994, han entrado en política como candidatos a diputado federal y regional, respectivamente, en las elecciones del próximo octubre.

Después de alargar todo lo posible su carrera como futbolistas, los dos ex delanteros decidieron, cada uno por su lado, utilizar su prestigio entre los aficionados brasileños para convencer a los votantes de que representan una alternativa en la política nacional.

Tras fracasar en varios proyectos empresariales, el polémico Romario, de 44 años, dio el puntapié inicial en esta aventura política en septiembre de 2009 al afiliarse al Partido Socialista Brasileño (PSB), formación afín al Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Para las elecciones del 3 de octubre, el PSB lo inscribió como candidato a diputado federal y el ex goleador del Barcelona y el PSV holandés, entre otros clubes, ha mostrado que como político es tan habilidoso como con el balón, hasta el punto de que las encuestas de intención de voto indican que tiene la elección asegurada.

En su programa electoral, el Baixinho (Bajito), nacido en una favela de Río de Janeiro, defiende la promoción del deporte como medida para ayudar a niños y adolescentes de los barrios marginales, aquellos con un mayor riesgo de exclusión social.

"Para mí, el objetivo de la política es muy simple: yo nací en una favela y sé lo que esos niños necesitan", aseguró en un acto electoral en la ciudad de Petrópolis, a 66 kilómetros de Río de Janeiro.

Romario puso en marcha su candidatura con el lema Ele é o cara, una expresión brasileña que podría traducirse como "Él es el mejor" para hacer este trabajo, la persona indicada para defender los intereses de la gente.

"Sin ningún tipo de pretensión por mi parte, me sentí realizado en el mundo del fútbol e hice las delicias de muchos brasileños con mis regates y mis goles. Ahora es el momento de demostrar que también 'soy el mejor' en el campo de la política", afirma en el portal de internet de su campaña.

El ex jugador del Barcelona, que fue una de las estrellas más queridas del club catalán, también incluye en su programa el apoyo a niños deficientes y a sus familiares, una situación que él mismo conoce de primera mano ya que su hija menor tiene Síndrome de Down.

"No es demagogia ni hipocresía", se defiende el ex goleador, quien también señala que podrá hacer muchas más cosas por los niños que sufren problemas especiales si es elegido miembro del Congreso Nacional.

Por su parte, José Roberto Gama de Oliveira Bebeto, que se unió a las filas del Partido Democrático Laborista (PDT, sigla en portugués) en octubre del año pasado, concurre como diputado a la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.

Con el nombre de Bebeto Tetra en su ficha, el ex goleador del Deportivo La Coruña intenta sacar votos refrescando la memoria de los aficionados con el recuerdo del cuarto título mundial de la selección brasileña, que él ayudó a ganar en Estados Unidos 94.

En el portal de internet donde presenta su candidatura, Bebeto explica que nunca se había planteado entrar en política. "Cuando oía hablar de corrupción, mentira y muchos otros escándalos, me sentía desmotivado", asegura.

No obstante, el ex delantero, ahora con 46 años, confiesa modestamente que sus amigos, familiares y compañeros de trabajo le animaron a presentar su candidatura porque veían en él "el valor familiar y el comportamiento ético que deben preceder cualquier deseo de participación política".

Como su colega Romario, Bebeto apuesta en su programa por introducir el deporte en las políticas educativas, además de invertir en programas de entrenamiento para formar atletas de alto nivel con miras a los Juegos Olímpicos de 2016, que acogerá Río de Janeiro.

En estas elecciones ambos tendrán la oportunidad de demostrar que su gloria no quedó encerrada en los estadios y que las alegrías que dieron a los amantes del fútbol pueden repetirlas como legisladores ante los votantes desencantados de los políticos tradicionales.

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