Al poderoso Inter Movistar le sobran los grandes jugadores. Uno de ellos, el veterano Schumacher, le sacó del embrollo en que el Lobelle Santiago le metió con mucho corazón y, sobre todo, fe en sus posibilidades. Los gallegos salieron convencidos de que el milagro de eliminar al campeón del mundo era posible y se adelantaron con un buen tanto de Alemao. Al Inter le dolió el gol y en apenas un minuto dejó hecha trizas la defensa gallega. Torras y Schumacher, en dos ocasiones, perforaron la portería de Mendiola y obligaron al entrenador del Lobelle a pedir un tiempo muerto.

Tras ese paréntesis, el Inter fue durmiendo el partido y apenas concedió ocasiones hasta el descanso. Pero, en la segunda parte, el panorama del encuentro cambió radicalmente. El Lobelle salió con Alemao como portero-jugador y, aunque no logró crear peligro, sí echó atrás al Inter. Un minuto después, volvió Mendiola a la portería y las ocasiones se fueron sucediendo en el área de Luis Amado, exigido por los ataques gallegos. Finalmente, César marcó y dio alas al Lobelle, que se creyó definitivamente que la victoria era posible.

Y con el Lobelle, creyó también el Palacio, que se puso de parte de los gallegos por su descaro y su falta de complejos ante el mejor equipo del mundo. Bajo los gritos de "¡A por ellos, oé!", el Lobelle presionó sin descanso al Inter, al que el balón le quemaba en los pies. Pero, como suele ocurrir en estos casos, la calidad marca la diferencia. Y de eso va sobrado el experimentado Schumacher, quien no perdonó solo ante el portero y sentenció el pase a semifinales del gran favorito para llevarse la Copa.