Granada 74 | sporting · el otro partido

Vidas errantes, o recién nacidas, o ya completas...

No sabemos quiénes son exactamente los 'Maestros Rurales', pero el caso es que ya hasta Antonio Valero tiene una peña con su nombre, parece que promovida por estos maestros, en el Escribano Castilla. El bueno de Valero fue ayer convocado por segunda semana consecutiva por Antonio Tapia y ocupó su puesto en el banquillo con la misma humildad con la que se pone a diario el mono de trabajo para ayudar en un grupo de profesionales que lo respetan como veterano y que le valoran el esfuerzo, aunque no juegue ni un minuto. Él dice que esta temporada, salga como salga, la va a recordar como si fuera su primera, que va a aprender todo lo que pueda y, sobre todo, que se va a empapar de cuantos detalles de la élite se le pongan por delante. Verlo sentado en el banquillo al lado de Juanma Ortiz, que bien podría ser su sobrino pequeño, es contar una misma historia empezando por el final o por el principio, un cuento que seguramente tenga los mismos sueños como argumento principal, aunque para uno esté acabando la vida de futbolista y para otro no haya hecho nada más que empezar.

La de Aranda no sabemos en el punto exacto que está. Después de una vida deportiva errante, alumbrada por los focos de las estrellas en sus inicios, cuando se enfundó la blanca del primer equipo del Madrid, y ensombrecida por destinos errantes y comportamientos controvertidos en otras ocasiones, en el '74' se le ve tal y como es: un depredador en el campo, todo fuerza, todo corazón... Del resto nadie, salvo él y la Justicia, deben hablar. Que para eso está. Lo nuestro es el fútbol.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios