Granada - Celta de Vigo · la crónica

¡Virgencica, Virgencica! (2-1)

  • El Granada consigue su primera victoria de la temporada a costa del Celta y sale de puestos de descenso. Anquela y sus pupilos sufren pese a ganar por 2-0 al minuto 17 de juego.

Cualquiera que viese el partido de ayer en Los Cármenes, salvo los tocabombos recalcitrantes, a buen seguro que durante muchos minutos se acordó del día que era, el de la Virgen de las Angustias. Quizá porque la Patrona de la ciudad procesionaba por la tarde, aprovechó la mañana para echar una mano para que el Granada Club de Fútbol lograra su primera victoria de la temporada. No fue para menos. El equipo rojiblanco, como recalcó su entrenador a la conclusión del partido, ganó "cuando el rival no mereció perder". El Celta, que en el minuto 17 perdía por 2-0, se hizo con el control del juego de forma progresiva y tras marcar (2-1, 20') se metió de pleno en el terreno defendido por los locales para dar miedo hasta el final. La escuadra gallega tuvo numerosas ocasiones para empatar o llevarse los tres puntos, pero el desajustado punto de mira de los celtiñas, Toño y... la 'Virgencica' evitaron lo que pudo ser un gran problema.

Lo mejor es que el Granada sumó los tres puntos, que a la postre es lo que vale. Y la realidad tras la sexta jornada, para los amantes de comparar con el pasado año, es que el equipo de Anquela figura en la clasificación con un punto más (5) y dos goles más (4) que el de Fabri. Hasta ahí, calma chicha. Más si se mira la tabla y se comprueba que el equipo rojiblanco ya está fuera de la zona de descenso.

Con la mirada puesta sobre el partido ante el Celta, el Granada dejó bastante que desear pese a comenzar bien y con interés.

Los de Anquela generaron mucho peligro inicial con acciones de los jugadores más cuestionados hasta el momento: El Arabi y Torje. Incluso Orellana pareció aparcar su apatía generalizada al ofrecer un par de pases con criterio dañino. Para mayor ilusión, la defensa del Celta se comportó indolente durante los primeros veinte minutos de juego. Fue tiempo suficiente para que los locales ilusionaran a todos al instalar en el marcador un 2-0 a su favor.

El primer tanto llegó como consecuencia de un penalti marcado por Siqueira (olvidando así su error ante el Sevilla) y cometido por Bellvis sobre Torje tras un envió en diagonal al interior del área de El Arabi. El defensor del Celta arrasó al rumano rojiblanco y el árbitro, Velasco Carballo, no dudó. Tampoco Paco Herrera, que arreó un golpe tremendo a la encimera de su posición en la zona de prensa, lugar en el que ayer estuvo exiliado por sanción.

Seis minutos después llegó el segundo tanto para el Granada. Los protagonistas fueron los mismos, pero con los papeles cambiados. Siqueira sacó de banda desde la 'línea de tres cuartos' sobre El Arabi. El franco-marroquí le devolvió al brasileño, que buscó la línea de fondo para poner el esférico en el interior del área pequeña a la altura del primer palo. Torje, tras hacer un buen desmarque, la clavó en la red.

Todo pintaba a pedir de boca. Dos tiros a puerta y dos goles... pero la preocupación llegó casi a renglón seguido a la grada. El Celta despertó del siestón matinal que se estaba pegando y juntó a sus hombres del centro del campo para evitar la creatividad, por entonces, de Brahimi y recuperar la posesión del balón. La maniobra le salió a pedir de boca y, en una de las acciones, Borja Gómez cometió un error garrafal. Iago Aspas le ganó la espalda y, tras pisar el área, realizó un recorte para armar un disparo duro y raso ante el que Toño quizá pudo hacer más.

El 2-1 (20') sembró incertidumbre en las filas locales y los jugadores visitantes se crecieron aprovechando el 'paso atrás' dado por los de Anquela. Aspas y Augusto protagonizaron tres sustos consecutivos y sus compañeros se animaron. La inseguridad se apoderó de los rojiblancos, que sufrieron de lo lindo, y todos pidieron la hora para llegar al descanso.

En la reanudación el Granada se manifestó descompuesto. El Celta lo notó y se volcó contra el portal de Toño. Fue todo un torbellino. Los rojiblancos bajaron una velocidad a nivel defensivo y se distanciaron en exceso sobre el centro del campo, a la vez que se olvidaron de hacer ayudas. La tripleta ofensiva de los visitantes -Aspas, Augusto y Park- le perdió el respeto a los defensores rojiblancos y el ¡¡uy! y los ¡¡uff!! se sucedieron en el graderío.

El entrenador del Celta movió fichas en el minuto 60. Sentó a Insa y Augusto por Toni y Álex López con la intención de apretar todavía más sobre el centro del campo y de tener llegada por la banda derecha de su ataque. A la par, Anquela sentó a Torje por Juanma Ortiz para ganar frescura sobre el centro del campo y, seis minutos después, metió a Brayan Angulo por Orellana con el mismo fin.

El entrenador del Granada optó por nadar y guardar la ropa hasta el final. Más cuando Brahimi y El Arabi se manifestaron asfixiados. Anquela renunció a pisar adelante y el Celta volvió a la carga. Toño ejerció de salvador, por arriba y por abajo, de puños y con el pie, para que los rojiblancos agarraran los tres puntos ¡Virgencica, Virgencica!

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios