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Zidane y Klopp, dos formas de entender la vida y el fútbol

No hay un camino único para triunfar en un banquillo y eso lo saben bien Zinedine Zidane y Jürgen Klopp, dos entrenadores de personalidades divergentes, pero unidos por una cualidad: el gen ganador.

Zidane, de 45 años, es puro glamour, por supuesto. Pero más por historia que por personalidad. Su ego está muy alejado de sus conquistas. Ante prensa y vestuario impone autoridad por lo que fue, y con eso le basta. Y fuera del banquillo no puede ser más discreto.

De su vida privada, poco o nada se sabe. Apenas se le ve fuera de su entorno familiar, cambia su número de teléfono cada seis meses, intenta no pagar con tarjeta de crédito, rara vez firma balones y camisetas, utiliza a sus hermanos como guardaespaldas... Un custodio casi enfermizo del derecho a la privacidad.

Klopp es lo opuesto al francés. El alemán, cinco años mayor que Zidane, es la estrella del Liverpool. Antes incluso que el goleador Salah. Al menos para su afición. "We trust in Klopp" (Creemos en Klopp) reza el mensaje de la bufanda más vendida entre sus hinchas.

Coqueto como pocos -muestra buena melena tras hacerse un poderoso injerto de cabello y una cautivadora sonrisa con blanqueo luminoso de dentadura-, él es el indiscutible arquitecto de este Liverpool.

Zidane y Klopp son verdaderos ídolos, dos técnicos idolatrados con dos formas de ser divergentes. Y ganadores, aunque sólo uno podrá levantar la Copa de Europa. Seguramente, el francés lo haría en el vestuario y el alemán la alzaría sobre el propio campo.

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