El Granada CF lleva dos partidos jugando muy bien. Justo desde que dio por perdida la Liga por la mayoría cuando se cayó en casa ante el Lucena y la distancia con el corte parece insalvable. No sé si esa ausencia de presión ha liberado a los jugadores y por eso juegan ahora más deshibinidos, o si ha influido el cambio de sistema por parte de Óscar Cano, quien ha pasado a utilizar un 4-1-4-1 que se convierte en 4-3-3 en ataque. Los jugadores parecen más cómodos y al gran partido visto en Baza se unió ayer una primera parte de ensueño. Lo hicieron tan bien y vieron el partido tán fácil que en la segunda mitad se relajaron tanto que la falta de tension propició un último tirón del Lorca, que a punto estuvo de costar un disgusto. Las eliminatorias de ascenso están dificilísimas. A siete puntos, cuando sólo restan dieciocho por disputarse. Se van a echar de menos los de tantos sitios... Pero de nada vale echar la vista atrás. Ahora sólo vale ganar al Mazarrón y volver a buscar la complacencia de los resultados de los rivales. Pero lo de ayer demuestra lo que podía haber sido la temporada. Y lo que finalmente no ha sido. Los errores se pagan. A expensas de un milagro, la leve llama de la esperanza que aún se mantiene encendida para algunas -yo soy más escéptico en este caso- debe servir para dar algo de interés. Aunque, claro, no vendría mal que los directivos se implicaran en el asunto y cumplieran con sus compromisos de pago. Sobre todo el presidente. Ayer, los jugadores nos confirmaron que tras su comunicado, aún nadie de l directiva se ha acercado para decir nada de forma oficial, ni una fecha de pago ni una palmadita en la espalda siquiera. Muy triste.
La ausencia de presión ha liberado a los jugadores
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Desde que se dio por perdido el objetivo se juega mejor
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