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Una bala desperdiciada

  • Las de Quique Gutiérrez caen en la prórroga ante un rival directo y pierden el 'basket average'

La pítvo del conjunto granadino Sasha intenta acercarse al aro del Campus Promete.

La pítvo del conjunto granadino Sasha intenta acercarse al aro del Campus Promete. / carlos gil

El Corral y Vargas se complicó la existencia tras regalar ayer su encuentro ante un rival directo como es el conjunto riojano del Campus Promete. Faltaba menos de un minuto para la conclusión cuando Patri Fernádez puso por delante a las suyas (67-66). Sasha pudo sentenciar, pero falló uno de los dos tiros libres de los que dispuso. A falta de 16 segundos, la visitante Manzanares puso a su equipo a un punto tras anotar, igualmente, un tiro libre. El RACA lo tuvo en sus manos, pero no supo gestionar los tiempos. Pastor erró desde la línea de tiros libres y la siguiente jugada de ataque de las riojanas acabó en falta personal a falta de cinco segundos. Swart anotó un lanzamiento para empatar la contienda. A la desesperada, Isa Pastor estuvo a punto de anotar desde el centro del campo, pero el aro escupió el balón. En la prórroga, el desacierto en el tiro y en el rebote castigó a las granadinas, que no sólo dejaron escapar el triunfo, sino que perdieron el basket average por sólo un punto al caer por siete: 76-83.

El primer cuarto manifestó una ligera superioridad de un Corral y Vargas que quería gobernar el partido. Sasha fue la más activa en estos primeros diez minutos con seis puntos y cuatro rebotes. Pero, por encima, de todo con una participación determinante tanto en el aspecto ofensivo como en el defensivo. En el otro lado, Swart respondía en un toma y daca que nunca permitió que las diferencias se fueran por encima de los tres puntos. Un triple de Patri y otro acto seguido de Arroyo establecían el empate a 13, que Bea Cala deshizo con una canasta secundada por un tiro libre para cada equipo antes del segundo acto.

Las granadinas perdieron sus opciones en un desastroso último minuto

Fue el momento en que flojeó un Corral y Vargas que ya empezaba a dar síntomas de preocupación. Bajo el aro y en segundas jugadas, el cuadro de Quique Gutiérrez era un verdadero flan y agrandaba la figura de Sune Mari Swart. La sudafricana machacó a las ayer rojillas. Tan mal gestionó el RACA el periodo que se fue a vestuarios cuatro por debajo (28-32) a pesar de tener motivos para la esperanza en el apartado individual. Este fue el caso de Bea Cala, cuyos dos triples seguidos no servían para nada frente a la caraja defensiva. A Sasha parecía habérsele apagado la bombilla. Bajo el aro falló demasiado en canastas fáciles y reboteando aunque sí que consiguió sacar una falta con tiros libres anotados en un barullo en la pintura. Mientras, Swart reboteaba a canasta con suma simplicidad en segunda jugada. Lo hizo en dos ocasiones sin que nadie moviese un dedo para evitarlo. La respuesta era un melón de Rodríguez desde 4,60 en un dos más uno.

Tras el descanso, más de lo mismo; con un conjunto local que solo aparecía a ráfagas para amortiguar los demarrajes visitantes en el marcador. El Campus llegó a marcharse de siete puntos (44-51) a falta de un minuto para que sonara la bocina. Arroyo, que ya había crecido en el segundo acto, se convirtió en este tercero en un quebradero de cabeza en las defensas de las granadinas. Entre medias solía aparecer Bea Cala para apagar el incendio. Incluso consiguió darle una ventaja momentánea a las suyas tras muchos minutos por detrás en el electrónico (40-38), pero fue un espejismo. Salcedo respondía con un triple. Y el partido encaraba los diez minutos decisivos con un preocupante 48-52.

En el último acto, muy igualado, fueron las visitantes las que llevaron la iniciativa hasta prácticamente el último minuto, en el que el RACA no supo ganar cuando lo tuvo en su mano. En la prórroga todo se fue al garete, basket average incluido.

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