olimpismo Juegos de Pyeongchang 2018

Un bronce amargo

  • Vonn se queda sin su ansiado oro en el descenso

Lindsey Vonn, en acción durante la prueba de descenso disputada en la pista de Jeongseon.

Lindsey Vonn, en acción durante la prueba de descenso disputada en la pista de Jeongseon. / CHRISTIAN BRUNA / efe

La italiana Sofia Goggia se impuso en el descenso de los Juegos de Pyeongchang, en el que la superestrella Lindsey Vonn tuvo que conformarse con el bronce.

Goggia, que le dio el primer oro olímpico a Italia en el descenso femenino, venció con un tiempo de 1.39,22 y apenas nueve centésimas de segundo de ventaja respecto a la noruega Ragnhild Mowinckel, que se colgó la plata.

Vonn, de 33 años, no pudo sumar su segundo oro en la disciplina después del que logró en Vancouver 2010. La estadounidense, que terminó 0,47 segundos por detrás de la campeona, se perdió Sochi 2014 por lesión.

Goggia hizo el mejor tiempo de la jornada partiendo en la quinta posición y nadie pudo desplazarla de la cima. Vonn fue perdiendo cada vez más tiempo respecto a la italiana a medida que bajaba y finalizó casi medio segundo por detrás de su gran rival.

A su llegada a meta, la estadounidense echó la cabeza hacia atrás, encogió los hombros y señaló con el dedo a Goggia, que esperaba en el cubículo de la líder. Seguidamente, las dos contrincantes, que han mostrado siempre un gran respeto la una por la otra, se abrazaron cariñosamente.

"Lindsey es la esquiadora más grande y una gran mujer", dijo Goggia. "Es un honor competir contra ella. Y al final, somos amigas, tomamos café juntas, hablamos de nuestro trabajo. Eso es bueno para nuestro deporte", añadió sincera.

"Sofia es ahora intocable", devolvió gentilezas Vonn, la gran reina del descenso y dominadora de la disciplina.

Sorpresivamente, Mowinckel se coló luego entre las dos grandes favoritas y, como en el slalom gigante, se llevó la plata.

De esta forma, Vonn suma la tercera plaza de Pyeongchang a la victoria en el descenso y el bronce en el supergigante de hace ocho años en Vancouver. En total, la carrera de ayer fue la decimotercera prueba olímpica que completa Vonn, que ya advirtió de que estos serán probablemente sus últimos Juegos.

"Es triste. Es mi último descenso olímpico. Ojalá pudiera seguir, me divierto mucho y adoro lo que hago, pero mi cuerpo no puede soportar otros cuatro años", dijo la estadounidense, cuya vida deportiva ha estado repleta de éxitos, pero plagada también de lesiones.

"Si piensas en todo lo que pasé los últimos ocho años para llegar aquí... Lo di todo. Llevarme una medalla es un sueño. Hay que poner las cosas en perspectiva. Sí, hubiera preferido el oro, cómo no, pero aun así estoy orgullosa", advirtió.

En Pyeongchang compitió también el sábado en el supergigante, prueba en la que un grave error poco antes del final la apartó de las medallas y probablemente del oro que tanto quería dedicar a su abuelo, recientemente fallecido.

En cualquier caso, Vonn no piensa en la retirada y perseguirá aún el récord absoluto de victorias de Ingemar Stenmark en la Copa del Mundo. Para llegar a los 86 triunfos del sueco le faltan sólo cinco.

Para Lara Gut, otra de las favoritas, los Juegos de Pyeongchang están siendo una pesadilla: la suiza fue eliminada en la combinada, se quedó por poco fuera de las medallas en el supergigante y ayer se saltó una puerta en el descenso. Actuaciones todas ellas muy lejos del rendimiento que acostumbra. Luces y sombras en Pyeongchang.

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