covirán granada | AQUIMISA LABORATORIOS QUESO ZAMORANO

Los colistas hacen sufrir

  • El cuadro de Pablo Pin vence con muchos problemas al último clasificado y sigue empatado con el líder

  • El buen primer cuarto de los rojinegros fue todo un espejismo

A veces no hay nada mejor que bajar a la tierra para aprender una lección de humildad cuando uno se cree superior a los demás simplemente por su nombre o su 'historia'. Tras caer sorprendentemente derrotado hace siete días en Martorell, al Covirán le costó ayer ganar al colista pero tuvo la paciencia necesaria cuando la zona planteada por su rival se le atragantó y de qué manera en la segunda mitad. Los de Pablo Pin derrotaron por 68-65 a Zamora sufriendo más de lo esperado. Pero se ganó y se mantiene empatado a puntos con el primer clasificado, La Roda.

Visitaba la cancha del Zaidín un equipo que tan sólo había ganado dos partidos en las 16 jornadas que se llevaban disputadas pero que parece haber despertado en las últimas semanas. Pero ayer el Covirán salió enchufado. La derrota en tierras catalanes tocó el orgullo de unos jugadores que salieron decididos a por la victoria con un quinteto en el que Pin incluyó a Maodo Nguirane, que cuajó un espectacular inicio de partido. Ocho puntos sin fallo en el tiro, tres rebotes, dos tapones y hasta un mate del senegalés que debutaba en el Palacio, permitieron a los nazaríes comenzar mandando en el electrónico. En apenas cinco minutos y medio había anotado 14 puntos por dos su rival. La mejor puesta en escena para disipar dudas, lo que obligó a Saulo Hernández a parar el partido para intentar frenar la sangría. Con Chris Hansen bien defendido por Manu Rodríguez, el choque era una balsa de aceite para los locales. Llegaron a tener 17 puntos de renta ante un equipo que demostraba en cada acción de ataque su situación en la tabla. No obstante, en la recta final del primer acto vio en el aro con más facilidad maquillando un marcador que reflejó unos pírricos 8 puntos en el tanteo visitante (22-8).

La tónica varió en los siguientes diez minutos. Aunque el Aquimisa Zamora había mejorado en ataque, el Covirán, que basó su juego en el juego interior en el primer cuarto, optó por abrir el campo y ahí apareció la figura de Manu Rodríguez que con dos triples llevó a su equipo a un 30-15. Los movimientos en el banquillo eran constantes en busca de frescura defensiva y todo el que salió a pista aportaba para alegría de un Pablo Pin muy relajado en la banda. Le gustaba lo que estaba viendo pero no quería ni un ápice de relajación en sus jugadores, lo que hizo que tras un par de malas decisiones en ataque pidiera su primer tiempo muerto a 4:36 del descanso.

Pero sus indicaciones, lejos de servir, no surtieron efecto y, gracias a una mayor intensidad defensiva de los castellano-leoneses, un parcial de 1-9 provocó que Zamora se acercara en el electrónico. Se abusó en exceso del triple lo que, unido a unos malos porcentajes desde más allá de 6,75 por la zona rival, hicieron que el duelo cambiara. Un intercambio de triples entre Manu Rodríguez y Arriaga dejó finalmente el electrónico en un 34-27 que dejó una sensación agridulce en la grada tras los buenos primeros diez minutos disputados.

Con Nguirane de nuevo en el quinteto dominando la zona, el choque en su segunda mitad fue más igualado. Zamora ya no estaba tan atascado tras el despertar de su mejor anotador, Chris Hansen, que con dos triples seguidos unido al de Xavi Hernández, situó a su equipo a dos puntos (40-38). Nueve puntos seguidos que obligaron a Pin a parar el choque para ajustar la defensa exterior. Las zona de los de Saulo Hernández se le atragantaba a los locales, llegándose incluso a oírse unos tímidos pitos en la grada cuando Hansen, con otro triple, puso por delante al Aquimisa. Unos pitos que, por cierto, quedaron en nada por una afición que se dio cuenta que era el momento de animar. Pero en ataque no había manera de anotar por mucho que lo intentaban con varias acciones con rebote ofensivo, con segundas y terceras acciones que no terminaron en canasta para desesperación de los aficionados. Era el momento de tener paciencia, la que tuvo su rival que seguía acertadísimo desde más allá de 6,75, anotando en el este parcial un total de cinco triples. Al fin David Iriarte rompió la sequía (42-44) y hasta un Aleluyaaa! se escuchó en la grada. Un tiro libre de Devin Wright y una segunda canasta de Iriarte en la última acción del tercer cuarto volvió a poner por delante al Covirán tras unos malos diez minutos de juego.

Con un punto arriba pero malas sensaciones arrancó el parcial decisivo. Un mate de Devin y una buena acción defensiva hacían presagiar un cuarto más tranquilo. Pero nada más lejos de la realidad. Con un dominio abrumador del rebote ofensivo, la casta de Wright cambió algo el choque. Cinco puntos seguidos del pívot gallego permitieron a su equipo lograr una renta algo más tranquilizadora (50-46). Pero el colista no se rindió y con un 0-6 se volvió a poner por delante. A ambos equipos les costaba anotar, en especial a los rojinegros que bajaron mucho sus porcentajes en el tiro. Manu Rodríguez igualó el encuentro con un tiro libre y sólo cabía apoyarse en la defensa para ganar el duelo. Tuvo que ser el capitán Eloy Almazán, con un triple sobre la bocina el que levantara al Palacio. El granadino anotó además un tiro libre fruto de una técnica a Xavi Hernández y en la siguiente posesión anotó otro triple muy lejano para dejar a su equipo 7 arriba en un pispás. Al fin vieron el aro e Iriarte, en su mejor partido en casa con un nuevo triple, dejó a su equipo 8 por delante y el choque casi sentenciado (62-54). Pero Anthony Libroia y Hansen con un 3+1 apretó el marcador a 40 segundos. Iriarte volvió a reivindicarse y con un segundo triple desde la esquina dio la tranquilidad. Libroia anotó un triple dejando a Zamora a uno con tres segundos por jugar. Corts recibió una falta y anotó los dos tiros libres, dejando el definitivo 68-65 en el electrónico. En la última posesión Libroia tuvo el triple de la prórroga que no entró para alegría de una grada que respiró tras sufrir ante el colista. Sí, ante el colista una vez más.

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