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Más costoso de lo previsto

  • Trabajo El Granada CF sufre más de la cuenta para superar al colista Desacierto Lucena desperdicia un penalti en la segunda parte y no se aprovecharon otras ocasiones, lo que mantuvo la incertidumbre

Árbitro: Arcas Piqueres H (valenciano). Se equivocó al señalizar un penalti sobre Collantes, que no lo fue. Sí acertó en el segundo.

Tarjetas: Rojas Kitoko (89') y Juanjo (93'). Amarillas Lorca (39'), Sívori (69'), Fran (72'), Chito (75'); Lucena (37'), Rubén (44'), Martín Ortega (59'), Iván Amaya (78') y Nyom (85').

Goles 0-1 (29') Lucena. Centro de Collantes desde la derecha hacia el centro del área, donde Lucena remata de cabeza y bate a Soto. 0-2 (35') Tariq, de penalti. Collantes se interna en el área, pisa el balón y cae en un forcejeo con un defensa. El árbitro decreta penalti, que transforma Tariq. 1-2 (50') Azpilicueta. Lorca lanza una falta desde la derecha hacia el segundo palo, José Juan no bloca bien el balón y le queda a Azpilicueta, que remata a placer.

Incidencias: Encuentro de la vigésimo sexta jornada del Grupo IV de Segunda División B disputado en el estadio El Rubial de Águilas ante unos 600 espectadores, entre ellos unos 200 seguidores rojiblancos. Terreno de juego en regulares condiciones.

Se ganó, que es de lo que se trataba como aspecto primordial, pero el Granada CF sigue sin convencer con el juego que expone. Ante el Águilas era un partido en el que contaba con una oportunidad inmejorable de sumar los tres puntos con suficiencia por estar enfrente un rival venido a menos y que se contenta con sobrevivir en la categoría, después de que se le hayan marchado algunos de sus jugadores más destacados en el mercado de invierno. No se amplió el marcador cuando se tuvieron oportunidades y al final hubo hasta que sufrir un poco y esperar que el árbitro decretara el final para conseguir un triunfo, que era imprescindible para seguir optando a la primera posición.

El equipo ha sacado adelante sus dos últimos partidos, aunque las sensaciones que ha transmitido no han sido positivas. Le está costando llevar el peso de los partidos y no es ese conjunto seguro de si mismo que se ha visto en otras fases de la temporada. Era necesario más que nunca dar un golpe sobre el césped después de lo que había sucedido en las anteriores salidas y al haber enfrente un equipo debilitado y con algún que otro juvenil en su once. El potencial existe en el combinado rojiblanco, pero apenas se saca a relucir y tal vez sea por falta de confianza y porque en estos momentos lo fundamental es asegurar el resultado por encima de todo.

El encuentro se encarriló pasada la media hora de juego. Lucena firmó el primero y poco después Collantes cayó dentro del área y el colegiado pitó un penalti que nadie vio. Ese regalito lo aprovechó Tariq desde los once metros para traer la tranquilidad. Se hizo lo más difícil, pero faltó sentenciar y tras una cantada de José Juan en el inicio de la segunda parte, el Águilas creyó en sus posibilidades y aunque no dispuso de oportunidades demasiado claras, provocó la incertidumbre, gracias en parte a la serie de ocasiones que desperdició el equipo granadino, entre ellas un penalti que no transformó Lucena en gol.

Tomé apostó por reforzar la medular, ese caballo de batalla que se arrastra desde hace tiempo esta temporada. Para ello dio entrada en el once a Lucena para acompañar a Kitoko y situar a Granada algo más adelantado. La apuesta permitió disponer de más posesión durante la primera parte, pero el problema es que la conexión entre líneas no fue todo lo precisa que se esperaba. Sólo se consiguió sorprender con la ruptura por los costados por parte sobre todo de Collantes. El fue el protagonista de los dos tantos que al final valieron para ganar. Asistió a Lucena en el primero y fue objeto de penalti en el segundo. No pudo salir tras el descanso al producirse una contractura, que podría dejarlo de baja para el próximo encuentro.

No se puede negar que hubo actitud, porque los que estuvieron sobre el campo se dejaron la piel y se mantuvieron concentrados en todo momento. Lo que ocurre es que falta chispa en el juego, cuesta sorprender a las defensas contrarias y se vive de zarpazos puntuales para perforar la portería contraria y adjudicarse los puntos. Es algo que se está a tiempo de mejorar y se supone que va a pasar. El equipo aún tiene margen para crecer y así debe pasar cuando las ideas estén más ensambladas.

El entrenador del Granada CF ya había avisado tras la debacle vivida en Lucena que iba a decantarse por jugadores más aguerridos en las siguientes salidas. Uno de ellos fue Manolo Lucena. El futbolista granadino es un puntal que aporta seguridad y coraje en cada acción. Es de los más listos a la hora de incorporarse al ataque, y pese a que esta temporada han venido varios futbolistas en su puesto, él no se rinde y al final los entrenadores tienen que recurrir a su presencia para solventar situaciones complicadas. Anotó el primer gol porque estaba en el sitio adecuado para conectar un certero cabezazo. Después fue el autor de la mayoría de los remates en la segunda parte.

El encuentro parecía encarrilado para los rojiblancos después de los dos goles anotados en el primer tiempo, pero la incertidumbre se instaló con el tanto de Azpilicueta. No se debió temer por el resultado, se tuvo que haber resuelto la papeleta mucho antes, pero la falta de puntería privó de que se lograra y hubiera que esperar hasta el pitido final. Salió Álvaro Cámara en la segunda parte y con él en el campo se jugó con algo más de soltura.

El Águilas se limitó casi a volcar balones hacia el área, a la espera de algún rechace o a que José Juan dudara como en el primer gol. Pudieron marcar Lucena (64'), que remató de cabeza y estrelló el esférico en el palo y después Martín Ortega (66'), aunque el colegiado anuló la acción al interpretar que estaba en fuera de juego. A continuación vino el penalti que falló Lucena (76'). El rechace le llegó a Martín Ortega, que la mandó al larguero. Al menos, se salvaron los puntos.

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