Carlos María Rodríguez transmite serenidad y tranquilidad cuando habla del partido de mañana, que medirá a su equipo, el Granada 74, ante el Granada CF, y que podría suponer la confirmación matemática del descenso a Tercera. El gaditano trasluce en su discurso la serenidad del que se siento tranquilo consigo mismo por haber hecho todo lo que estaba en su mano para revertir una situación que ya cuando cogió al equipo era muy complicada, y que se ha agravado debido a las penurias económicas. "Hemos luchado con un equipo muy joven e inexperto, hemos adquirido experiencia en la categoría y hemos peleado cada segundo, así que si en Los Cármenes se confirma nuestro descenso, ni siquiera será un drama para nosotros. No vamos a llorar pase lo que pase. Es un partido más, que intentaremos ganar, como todos", afirma.

En la situación del equipo rojillo, sin duda lo mejor es asumir cuanto antes el destino más que probable. La única posibilidad de llegar con vida a la última jornada pasa por ganar en Los Cármenes y que otros resultados sean favorables. Por eso, y también por la lógica que debería imperar en torno al derbi de la capital, Carlos María le quita hierro al asunto de medirse a los rojiblancos: "No le damos excesiva importancia al hecho de enfrentarnos al Granada CF. Hemos tenido una semana muy tranquila, muy natural, será un partido más. No creo que el fútbol de Granada se vaya a arreglar después de este derbi".

La necesidad, y también la filosofía de juego del '74' y las dimensiones de Los Cármenes (ese recinto, tan municipal como puede ser el Parque García Lorca o Puerta Real, pero que sin embargo se le ha negado al '74' de forma reiterada por la clase dirigente de la ciudad) llevan a pensar al entrenador que el choque será "abierto, tiene que serlo así, nosotros tenemos que salir a ganar por fuerza, aunque no nos vamos a suicidar en el minuto cinco. No somos un equipo de meternos atrás, así que será un partido muy abierto y con alternativas".

El Granada 74 lleva tres salidas consecutivas sin perder (empates en San Fernando, Linares y Puertollano), aunque ha sido en su propio campo donde se ha condenado a los infiernos, ya que no ha sido capaz de ganarle, en partidos a vida o muerte, a equipos como el Écija, el Melilla, el Ceuta o el Lucena. Pese a todo, el gaditano de Vejer y afincado en Granada no pierde la esperanza: "Mientras haya vida tenemos que aferrarnos a ella".