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La dimisión incompleta de Villar

  • El suspendido presidente de la Federación Española se aferra al cargo a pesar de estar en prisión sin fianza y de haber renunciado a sus responsabilidades en la UEFA y la FIFA

Ángel María Villar, en un acto de la UEFA del pasado diciembre.

Ángel María Villar, en un acto de la UEFA del pasado diciembre. / Luis Tejido / efe

El suspendido presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, renunció a sus cargos como vicepresidente de la FIFA y la UEFA, según confirmaron ambos organismos, aunque no a su puesto como jefe del fútbol en España.

Fuentes de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) ratificaron que Villar dejó su cargo. Poco antes, la UEFA (Unión Europea de Fútbol Asociado) había informado de que el español renunció con efecto inmediato a su puesto en el comité ejecutivo del citado organismo. "El señor Villar ya no cumple ninguna función en nuestra organización", reconoció la UEFA.

Larrea, sustituto interino de Villar, no cree que su predecesor tenga que dimitir

Sin embargo, Villar no presentó su renuncia a la presidencia de la Federación Española, por más que en estos momentos permanezca en prisión sin fianza junto a su hijo Gorka y su número dos, Juan Padrón.

Todos ellos están siendo investigados por delitos como corrupción entre particulares, apropiación indebida, administración desleal, falsedad documental y alzamiento de bienes.

Villar, quien presidió durante casi tres décadas la Federación Española, fue detenido la semana pasada junto a su hijo Gorka y otros altos directivos en una redada anticorrupción. El martes, el Consejo Superior de Deportes (CSD) lo inhabilitó por un año. En su lugar asumió provisionalmente la presidencia Juan Luis Larrea.

Villar fue miembro del comité ejecutivo de la UEFA durante 25 años y entre finales de 2015 y 2016 presidió temporalmente el organismo ante la suspensión de Michel Platini. En cuanto a la FIFA, formaba parte del comité ejecutivo desde 1998. Además, en mayo fue reelegido por octava vez como presidente de la Federación Española, después de 29 años en el cargo.

El Gobierno español suspendió el martes por un año a Villar y la RFEF se apresuró a elegir a Larrea, tesorero y amigo del investigado, como presidente interino para permitir que el organismo cumpla con su labor del día a día.

Precisamente Larrea, quien fue preguntado sobre si creía que Villar debía dimitir también de la RFEF, una vez sabidas sus renuncias a los cargos internacionales que ostentaba, manifestó: "Eso es cosa de él, yo no tengo ni idea de lo que tiene que hacer. Esa decisión no la voy a tomar yo, la tiene que tomar él. Yo creo que si él se considera inocente, no tiene por qué dimitir".

Todas las acciones de la RFEF y las declaraciones de su presidente interino vienen a confirmar que Villar no va a entregar fácilmente su sillón como jefe del fútbol español, por más que permanezca encarcelado en la prisión madrileña de Soto del Real.

Expertos en jurisprudencia estiman que la causa contra Villar está en una fase de investigación preliminar y que no se podrán obtener conclusiones hasta el próximo año. El asunto, pues, va para largo, y teniendo en cuenta que hoy por hoy son muchos los apoyos que aún mantiene en la Federación Española, no cabe esperar, a menos a corto plazo, que reciba presiones para comunicar su renuncia.

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